Encaja2: cómo un ciclo de música genera patrimonio para una ciudad
El Teatro Jovellanos de Gijón acoge la undécima temporada del ciclo musical, que con una cuidada propuesta escénica, genera un archivo audiovisual para la ciudad y atrae propuestas artísticas únicas
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El secreto está “en buscar lo bueno que tenemos aquí con humildad y paciencia”, asegura José Luis García, coordinador de Encaja2, el ciclo que ha convertido al Teatro Jovellanos en uno de los núcleos culturales de la ciudad de Gijón. El programa, que va a por la undécima temporada, con más de cien conciertos, apuesta por el pequeño formato y la calidad en la producción de conciertos, un modelo nacido en la crisis de la pandemia y que se ha convertido en uno de los mejores lugares donde ver y escuchar música de Asturias. Un oasis en tiempos de masificación y consumo rápido.
El formato del ciclo es completamente contracultural. No solo porque cada actuación se calcula con mimo durante 15 días, “sin urgencias ni plazos” y se graba en alta calidad de audio y de vídeo. Tampoco porque el cartel combina artistas consagrados con propuestas desconocidas y en muchos casos los artistas cobran por debajo de los cachés que exigen normalmente. Es que incluso el escenario del Teatro Jovellanos se invierte para que el artista se coloque de espaldas al patio de butacas y el público se ubique en el fondo de las tablas. “Intentamos recuperar el formato de la sala pequeña, una figura romántica lejos de los grandes festivales y espacios. Aquí se ve en la distancia corta, casi al desnudo, sin trampa ni cartón”, explica García sobre una disposición que alberga a cien personas en un teatro que podría acoger a 1.200 personas.
Gijón es una ciudad de casi 300.000 habitantes donde hay dos salas de medio o gran aforo de unas 800 personas y una sola con 100 personas, explica el responsable del ciclo que precisa que muchos grupos “prácticamente no tenían posibilidad de venir. Muchos artistas vienen a Encaja2 por primera vez y, si no les traemos nosotros, no vendrían probablemente”, explica. Muchos artistas aceptan “a pesar de que nuestras condiciones no encajan con sus exigencias, pero saben que todo lo que hagan en la casa escénica lo vamos a cuidar y mimar”. Uno de las grandes alicientes es la calidad audiovisual, que cualquiera puede comprobar en el canal de YouTube del Teatro Jovellanos, donde está el testimonio de las actuaciones que han tenido lugar hasta el momento en el ciclo. Se trata, ante todo, de un patrimonio cultural generado en Gijón, que documenta actuaciones únicas para el futuro. “Es lo que más nos anima seguir con el proyecto, porque el artista se presenta en modo concierto y quedan registradas actuaciones que se llevan a cabo en este país en un momento concreto y que no tienen el foco de los grandes medios, pero que atesoran una gran calidad artística”, apunta el coordinador de Encaja2.
De la labor que realizan como servicio público para Asturias queda, por ejemplo, la actuación de Aurum, un coro femenino radicado en Luanco, cuya propuesta, vanguardista y tradicional a partes iguales, tuvo una presentación asombrosa en Encaja2. Difícilmente el circuito comercial acogería algo así, pero la sensibilidad y el riesgo de los programadores del ciclo permitieron que estas artistas puedan ser escuchadas en cualquier parte del mundo. “Aparentemente no tenían ninguna conexión con el resto de artistas de ese año, pero nosotros la veíamos profundamente. Pensábamos que podían estar. Es el concierto que más ilusión me ha hecho hacer, porque creo que unen dos mundos”, dice García.
El ciclo continúa en 2024 con las actuaciones de Diego Vasallo (18 de febrero), Sara Muñiz (20), Fino Oyonarte (3 de marzo), Dulzaro (24), Óscar Trujillo y David del Cerro (21 de abril), Incra - Andrés Rodrígues e Iván Nespereira (24), Alejandro y María Laura; La Sécurité (19 de mayo), Tórtel (9 de junio) y María Hein (30 junio).