Crítica

«Far West» lírico de alto voltaje

«La Fanciulla del West». De Giacomo Puccini (Versión de concierto). Solistas: Jonathan Burton, Ekaterina Metlova, Paul LaRosa. Coro de la OSG. Orquesta Sinfónica de Galicia. Director: Lorin Maazel. La Coruña, Palacio de la Ópera, 6–VI–2013.

La Razón
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Hace aproximadamente un año, Lorin Maazel se puso por primera vez al frente de la Orquesta Sinfónica de Galicia con una «Sinfonía Titán» que ha quedado para los anales de los aficionados coruñeses. Conjunto y director llegaron a tal idilio que el cotizadísimo maestro ha regresado para una versión de concierto de «La Fanciulla del West» de Puccini, que ha constituido el «plato fuerte» del Festival Mozart 2013 (que, como puede apreciarse, ha ampliado considerablemente sus horizontes). Este año se rinde el debido homenaje a Verdi y Wagner. Rizando el rizo, hasta podría decirse que la «Fanciulla» es la ópera más wagneriana del compositor de Lucca, por la densidad de su escritura, el discurso musical continuo y su frecuente recurso al «leitmotiv», teñido, eso sí, de nostálgicas melodías de las praderas americanas.

A Maazel siempre le han ido muy bien los pentagramas puccinianos por la riqueza tímbrica de su batuta, capaz de combinar momentos de elevadísima temperatura teatral como el final del acto II –con la escena crucial de la partida de cartas–, con otros en los que se busca crear una atmósfera ambiental. La agrupación gallega volvió a demostrar su excelente empaste y su disciplina para seguir al director. Las voces masculinas (muy bien preparadas por Joan Company) probaron que la existencia de un coro de la propia orquesta se ha convertido en una realidad. Una producción de esta envergadura ha sido únicamente posible en colaboración con el Festival de Castleton, que dirige el propio Maazel. El elenco estaba formado por cantantes jóvenes muy bien adiestrados que otorgaron idiomatismo y color.

Jonathan Burton fue un Dick Johnson de hermoso color lírico (se lució en su célebre aria «Ch'ella mi creda») y Paul LaRosa dio suficiente carácter a su rival, el sheriff Jack Rance, sin convertirlo en un «malo» de película. Aunque la revelación estuvo en la soprano rusa Ekaterina Metlova, ganadora del Concurso de Canto de Bilbao de 2010, que abordó el inclemente papel de Minnie con una seguridad desbordante en sus saltos de tesitura y unos agudos rotundos, y llegó al final sin atisbo de fatiga. ¿Una futura wagneriana?