India Martínez: «Tras el Goya, me gustaría probar mi faceta de actriz»
Christian Rodríguez. Recibió el galardón a Mejor Canción por el tema principal de la cinta «El niño».
Cordobesa sin miedo. Así podríamos catalogar a India Martínez, que se ha lanzado a conquistar un terreno inhóspito para los cantantes: los Premios Goya. Nacida en el seno de un barrio obrero, parece que nada se le resiste a la cordobesa que, tras una nominación a los Grammy Latinos, ganó el galardón a Mejor Canción por «El niño» con el tema «Niño sin miedo». Su acento entremezcla el acento del sur con un tono tímido pero seguro. India es natural y con una belleza que hace honor a sus rasgos árabes y se presenta a la entrevista con una actitud muy lejana de alguien que saborea el éxito, su humildad y cercanía se apoyan en una mirada cercana que no pierde de vista mi pupila. Su próxima meta está clara: conquistar el Atlántico.
–¿Qué supone haber llegado a este punto y ganar el Goya?
–Todavía no nos lo creemos el equipo y yo. Es un reconocimiento muy grande y muy bonito. Sobre todo es algo significativo porque conocemos desde hace mucho tiempo estos galardones y nunca te imaginas que llegarías a tener uno. Es un momento de mucha ilusión y lo he sentido todo como «mi primera vez», porque además es fuera de nuestro ámbito laboral. ¡Soy nueva aquí !
–¿Y dónde va a poner el premio? Dicen que el lavabo da suerte...
–(Ríe) ¡No! ¡Nunca! En el lavabo no, quizá vaya bien cerca de los discos de oro obtenidos.
–¿Cómo lo celebró y qué hizo tras la gala?
–Pues nos hemos tomado una copita el equipo y yo junto a la familia, aunque estaba cansada. Eso sí, lo primero fue felicitar a los compañeros. Tengo que reconocer que fue una gala muy andaluza, con mucho arte. Además, ¡Rovira es un máquina!
–Ahora que ha saboreado las mieles del éxito cinematográfico, ¿se atrevería a dar el salto y convertirse en actriz?
–Sí, es una profesión que admiro y respeto. Aunque mi mundo es la música, guarda un vínculo con el séptimo arte. Reconozco que me gustaría probar algún papel interpretativo. Tengo el gusanillo! Pero ya hice mis pinitos poniendo la voz a la película «¿Por qué se frotan las patitas?».
–¿Qué felicitación la ha sorprendido más tras ganar el galardón?
–Me impactó verme alrededor de tanto artista, pero la de Antonio Banderas me dejó de piedra. Lo vi allí, con su Goya, y yo con el mío... ¡No sabía qué hacía allí con él! (Ríe)
–Después del Goya, ¿cuál es su siguiente meta o sueño?
–Me gustaría viajar y conquistar el extranjero, especialmente el mundo latino. Quiero intentarlo allí, pero también al otro lado: Egipto, Turquía e incluso Rumanía. Aún no me han dado esa oportunidad, aunque he ido en un par de ocasiones a cantar, pero es un reto muy importante para mí.
–Y tras este logro, ¿con qué artista le gustaría colaborar?
–Dejo las puertas abiertas, pero espero ansiosa hacerlo con Alejandro Sanz o Marc Anthony.
–¿Qué le preocupa o quita el sueño?
–La crisis. Sé que afecta a todos y dentro de lo que cabe puedo sentirme muy afortunada gracias a esa gente que me apoya y que, aunque corran tiempos difíciles, me permiten dedicarme a la música, que ya es un logro.
–Tras terminar su gira del disco «Dual» en marzo, ¿dónde podremos encontrarla?
–Voy a tener una etapa más tranquila en la que viajaré fuera e intentaré «hacerme las Américas». Estaré por Argentina, Miami, México.
–¿Cómo ha encajado el gran éxito del disco «Dual»? Las cifras son abrumadoras...
–Es increíble... Nunca me había pasado, estamos cerca de la certificación de platino. Estoy muy emocionada porque veo que la gente me apoya hasta el final. Tengo que agradecerlo a los artistas que han colaborado conmigo.
–¿Está a favor del playback?
–¡No! Ni en conciertos ni en televisión. No sé lo que es hacerlo, me parece una falta de respeto.
–¿Es una mujer solidaria?
–Sí, me gusta serlo y aportar todo lo que puedo a través de mi escaparate. Transmitir o dar mi postura sobre el maltrato a la mujer, en lo que me implico bastante, o en la defensa de la Naturaleza. He sido cartera real en dos ocasiones visitando a niños enfermos terminales en el hospital y fui en Córdoba al lugar donde nací, Las Palmeras, un barrio malparado socialmente.
–¿Con qué político español se iría de cañas?
–¡Con ninguno! (Ríe) No me caso con nadie. Alguno tendrá algo bueno, pero no me gusta actualmente el mundo de la política. Me gustaría tomarme un café con uno que pudiera comprometerse de verdad.
–Y hablando de poder... ¿qué piensa de Podemos?
–(Ríe) Cuando hablo de música no me gusta hablar de política para que la gente no se confunda, aunque tengo mis opiniones. En particular, Podemos todavía no me ha demostrado nada, tienen que convencerme.
–Si se encontrase de frente con el presidente Rajoy y le pudiese interpretar una canción, ¿cuál sería?
–Pues le entonaría: «No vamos a llorar, vamos a olvidar sin lágrimas».
–Sé que le encanta la música egipcia, ¿este amor por el país de dónde le viene?
–Desde pequeña, va junto a mi pasión por la música árabe, idioma que cantaba desde niña. Me encantaba junto al flamenco. He cantado en argelino para el tema de «El Niño» y en varios discos míos también incluí canciones en ese idioma.
–¿Cómo surge el tema con David Bisbal?
–Fue cosa mía. David es paisano de mi segunda tierra (Almería). No pudimos cantar en público porque tenía bronquitis, pero en el camerino le dije que él me inspiró «Olvidé respirar», y allí se la entoné como pude... Le encantó y me propuso incluirla en un disco nuestro. Finalmente el sueño se cumplió en «Dual».
– ¿Cuántos calmantes toma alguien antes de cantar junto a Enrique Iglesias en los Premios Grammy?
–(Ríe) Pues me invitó Enrique. Me relajó mucho el día anterior a la gala. Ensayando me gastó una broma nada más conocerme. Es un chico muy normal y cercano. Creo que esa cercanía me empujó. Aunque sufrí porque estaba algo resfriada...
–¿En qué momento personal se encuentra?
–En uno muy pleno, lo que más me importa es disfrutar del día a día y de mi trabajo. Saborear todo lo bonito que me pasa, como este Goya, y hacerlo al máximo. Intento quitarme los miedos y los nervios, pero este momento está siendo el mío: uno para disfrutar.