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José Mercé: «A Florentino hay que hacerle un monumento»

Es el cabeza de cartel del concierto solidario organizado por Fundación Aladina y Suárez para el próximo 27 de mayo
larazon

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José Mercé. O mejor, don José Mercé. Aunque él sea un tipo cercano y su sentido del humor encandile, su arte y maestría hacen que a uno sólo le salga llamarle de usted. Es la cabeza de cartel del concierto solidario «Flamenco y a lo nuestro», que se celebrará el 27 de mayo en el Teatro de la Zarzuela, para recaudar fondos para crear un jardín infantil en el hospital de Getafe, de la mano de la Fundación Aladina. Las entradas, entre 20 y 60 euros, permiten disfrutar de una noche con Mercé, India Martínez y José Manuel Zapata, además de contar con Lolita y Rocío Márquez como invitados. Joyerías Suárez, además de apadrinar la velada, colabora a través de la pulsera One, que cuenta con una perla –de 175 a 305 euros–. «¿Hay algo más grande que la música como terapia y como medio para ayudar a los demás? Yo creo que no», subraya Mercé.
–¿Por qué se sube al escenario?
–Es una obligación. Cuando se trata de ayudar a un niño, hay que hacerlo sin buscar más razones. Además, no puedo ocultar que me siento muy feliz, sobre todo cuando hay alguien detrás como Fundación Aladina y Joyerías Suárez, de quien puedes fiarte.
–¿Cómo marida con Zapata en el escenario?
–A la perfección, es divertidísimo y con una bondad sin límite. A India es una niña a la que adoro, Lolita y yo nos hemos criado juntos. Siempre procuro rodearme de gente positiva y de la que pueda aprender.
–Tal y como está el patio, es complicado rodearse de gente legal...
–Te lo voy a decir en inglés: «It's very, very difficult». En el mundo de la cultura lo estamos pasando mal porque nos han dado bastantes palos. No sé cuando se van a dar cuenta del error de aumentar el IVA hasta un 21%, no sé qué se está ganando con eso, lo único que se está consiguiendo es que la gente no vaya a ver a los artistas porque los precios de las entradas no son razonables.
–Sin embargo, parece que la solidaridad no está en crisis.
–Que no nos quepa la menor duda a ninguno de que los españoles somos solidarios casi por naturaleza y así lo van a demostrar en este concierto del día 27.
–Tres días antes, su Real Madrid se la juega. ¿Estará en Lisboa?
–Lo estoy pensando. Las entradas están por las nubes y los hoteles cuestan un ojo de la cara. Es una locura y una salvajada... Así que, si me invitan, iré.
–Y si no, al menos lo disfrutará en una pantalla grande...
–Lo que está claro es que ese día no hay más mundo para mí. Ese día no ensayo.
–¿Tan malo fue Mou para la casa blanca?
–Tuvo un detalle en Lyon con un amigo mío que no me gustó nada y descubrí que como persona, no me va. Como entrenador, ahí están los resultados.
–¿Y Ancelotti?
–Es tío muy normalito que no se mete con nadie ni busca que se metan con él. Tiene un perfil diplomático, es el entrenador que necesita el Real Madrid, teniendo en cuenta que es el club más grande del mundo. Además, tenemos al mejor presidente del plantea, mi tío Florentino, que es un monstruo entre los monstruos. Mientras esté él, seguirá siendo el primer club y, siempre, con superávit, algo heroico teniendo en cuenta los tiempos que corren. A Florentino hay que hacerle un monumento, todavía confío en que en algún momento sea presidente del Gobierno.
–¿No le da pena quitarle la Champions a Cerezo y a Simeone, con todo el esfuerzo que han hecho?
–Les hemos regalado la liga. Si no la ganan ya, es para matarles. Pero que no te quepa ni la menor duda de que la décima es blanca.
–¿Cristiano o Bale?
–Son dos fenómenos. Ronaldo es demasiado, pero espérate a que el Robocop inglés se adapte al cien por cien a España. La temporada que viene va a armar una...
–Llegará el verano y a usted le cogerá un año más trabajando...
–No me puedo quejar. Tengo bastantes galas, me siento un ser privilegiado por poder vivir de lo que me apasiona.
–¿Disco a la vista?
–Tenemos entre manos una antología con la posibilidad de sacar al mercado algo en octubre, con la vista puesta en Navidad, pero es pronto para adelantar el contenido.
–Venía escuchando en el coche a Dolores Vargas, la Terremoto, una referente del flamenco pop. Ahora me topo con usted. ¿Se entiende una España sin flamenco?
–Imposible. El flamenco es la marca España. Sin lugar a dudas, la cultura de este país es el flamenco, lo demás es «pseudo». Ocurre igual con el vino de Jerez, es la única uva auténtica de España. A mí me gusta decir que el flamenco y el vino son de «nativitate».
–¿Eso es el poso que le dejó el latín que cantaba en la Escolanía de la Merced?
–Alguna casita ha quedado. De pequeño era un papagayo que cantaba las misas en latín, aun sin saber lo que significaba en castellano. Tuve una infancia muy feliz y me considero un privilegiado porque nos pagaban toda la formación, teníamos en aquel momento un profesor para cada asignatura y aprendíamos inglés. Cantar desde los seis años hasta los doce con un órgano te educa la voz y evita que luego pegues vocinazos. Mi pena es no haber aprendido solfeo, a pesar de todas las oportunidades que me dieron.
–¿Es tanta la pasión que despierta el flamenco fuera?
–Pasión y respeto. A la gente le llega a lo más profundo de su ser. Lo pude comprobar en Estados Unidos. Tengo grabado el día que vino al camerino a verme un yanqui de pura cepa, con sus tirantes, su camisa de cuadros, sus dos metros de altura... Llegó llorando e intentando explicar cómo le había llegado mi interpretación. No se me olvidará nunca y eso que no hablaba ni «papa» de español. Ya lo decía Chocolate, que en paz descanse: «Esos gachós han llegado a la luna, pero no saben cantar por seguidillas».