Música

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Soak, prodigioso pop surgido de su habitación

La irlandesa acaba de publicar «Before We Forgot Woh To Dream»
La irlandesa acaba de publicar «Before We Forgot Woh To Dream»larazon

Con 18 años, la irlandesa ya es uno de los mayores talentos anglosajones del año según la certera lista de la BBC.

Apenas levanta la vista de la mesa durante la entrevista, juega con un vaso de plástico y rehúye la mirada. Sus respuestas están llenas de muletillas juveniles del estilo de «ya sabes, movidas»... A sus 18 años, Bridie Monds-Watson lleva varios tatuajes de los que ya se arrepiente y dos vacíos (pendientes que dejan un hueco por el que cabe un dedo a través de la oreja) en los dos lados, que también ha pensado en quitarse. Elegida por la BBC en su lista «The Sound of 2015» (en la que se encumbraron Adele, Sam Smith, Haim o Jessie J), Soak, que es su nombre artístico, presenta en Barcelona (20 de octubre, Sala Apolo La(2)) y Madrid (21, Sala Boite) su único disco hasta la fecha, «Before We Forgot How to Dream» («Antes de que olvidáramos cómo se sueña»), un bello trabajo de pop electrónico delicado impropio de alguien de su edad. El estilo de Soak es puro pop de dormitorio: canciones que ella toca con guitarra acústica sobre una base electrónica o una caja de ritmos, algo parecido a un «dream pop» mezclado con folk que ha encandilado a los medios especializados ingleses y al sello más molón de las islas británicas, Rough Trade.

A cal y canto

Educada en una casa con buen gusto para la música («mi padre toca la guitarra, a mi madre le gusta poner discos raros y mi hermano es DJ»), Monds-Watson comenzó a tocar abriendo su vida en canal pero encerrada a cal y canto tras la puerta de su habitación. Ya tenía una decena de canciones acabadas cuando decidió enseñárselas a sus padres y a hermano. «Me costó un año hacerlo. En primer lugar, porque estaban escritas para mí, no para ser mostradas a nadie, y en segundo, porque en ellas contaba cosas que jamás se me había ocurrido explicarle a nadie». Es decir, dos de las premisas para ser un artista de verdad estaban de forma natural en esta joven a los 14 años. «Me dijeron: ‘‘¿Esto lo has escrito tú? Imposible’’». Entre otros asuntos, como cuentos de adolescencia y cuitas de la amistad, trataba su homosexualidad. Vencida esa timidez, YouTube hizo el resto. Colgó algunas de sus canciones, llenas de nostalgia e incomprensión adolescentes, escritas en letra cruda pero interpretadas con una voz cálida y casi ingenua. «Es mi estilo. Ya sé que a algunos artistas les puede costar expresarse así, pero siento que tengo que hacerlo de esta manera. A veces me ayuda a estar mejor, otras no tanto. En algunos casos, me ha ayudado a tratar con mis padres de asuntos delicados». De repente, ejecutivos de compañías se presentaban a curiosear en la pequeñísima localidad de Londonderry, en el extremo norte de Irlanda del Norte, para conocer a esa chiquilla cuando se subía al escenario de los pubs locales en las noches de micros abiertos. Sin embargo, las cosas empezaron a ocurrir. Chvrches, uno de los grupos de moda, remezcló «Blud», uno de sus mejores temas, y después la llevaron de telonera en su gira.

Sus padres asumieron el control al principio de su carrera como mánagers –suena raro decir «al principio» para una veinteañera, pero es así–, aunque al poco dieron un paso atrás, la misma decisión que adoptaron cuando su hija dejó la escuela tras la Secundaria. «Con 16 años ya tenía un contrato firmado con Universal por una duración superior al tiempo que yo había vivido con conciencia plena», explica. El título del disco es un tanto pesimista, ¿acaso ha dejado de soñar? «En absoluto. Pero es la frase que mejor define el trabajo, porque se refiere a ese tiempo de tu vida justo antes de crecer, madurar y asumir responsabilidades. Y yo no me siento responsable de nada. Soy realista pero fantaseo, es la prueba de que no he crecido del todo». Ha dejado una de sus pasiones, el monopatín: «Es cierto, ya no lo hago porque me lesioné y tuve que dejar de dar conciertos. Si me caigo y me vuelvo a romper las muñecas... van a enfadarse mucho conmigo».