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Todos dicen «I love you»

La Razón

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Se veía venir, no es que sea nada casual el que Jonas Kauffman ocupe el primer puesto del podio de los tenores (con permiso del rossiniano Flórez). No hay más que leer la crónica que abre esta doble página para corroborarlo. Arturo Reverter escribió que «posee mimbres de interés sobre los que edificar una figura (...) Canta con pulcritud no exenta de elegancia, con moderados toques de apasionamiento como tenor encauzado en papeles románticos», aunque en su emisión resltaba su «indeseable uso d ela gola». En Peralda no quedaba una sola entrada disponible, bueno prácticamente, pues la ocupación era del 99 por ciento, a pesar de que el precio de las entradas oscilaba entre los 50 y los 180 euros para no perder comba de una noche que fue mágica. Bien valía para verle lucir el frack, los gemelos y la pajarita. Después de Peralada le esperan la semana que viene dos conciertos, en Melbourne y Sydney. después recalará en el Metropolitan como Don José de «Carmen» en septiembre. En Munich se meterá en la piel de Des Grieux en «Maon Lescaut» (donde Hans Neuenfels firmará la dirección de escena) y será Andrea Chenier en Londres, con Antonio Pappano a la batuta. Nuevos conciertos en Baden Baden, París, una «Cavalleria rusticana» en La Scala...

Galletas de mantequilla

En Madrid aún tendremos que esperar un poco para verle y escucharle. Tiene 44 años y una prometedora carrera por delante. Quienes le han tratado de tú a tú dice que no peca de altivo y que el de «divo» es un adjetivo que no cuadra con él. Amable, afable y cercano el alemán Jonas Kaufmann combina su saber sobre el escenario con su potencia vocal en el repertorio italiano, francés y alemán. Su currículum dice que estudió Matemáticas, que aspira a mantenerse sobre el escenario aunque no a morir encima de él y que comenzó a estudiar piano a los ocho años. Las féminas se le disputan ahora que ha recuperado su soltería y si quieren tenerle de su lado, invítenle a tomar unas galletas de mantequilla. Dice que son su perdición.