Sección patrocinada por sección patrocinada

Mayormente soleado

Ramoncín: "La libertad de expresión sólo termina cuando llega al Código Penal"

Tras triunfar en el Festival de Mérida con un musical, continúa ofreciendo conciertos por toda España

«No hay hoy en la prensa nacional nadie como Umbral», apunta Ramoncín
Ramoncín, en las calles de Madrid, en una foto de archivoGonzalo Pérez MataLa Razón

Lleva 45 años en el tajo y no hay campo artístico que no haya transitado. Habitual en los espacios de opinión política y de actualidad, en esta entrevista habla con lucidez y lengua de machete de música, política y libertad de expresión.

Usted vio cómo sacaban del Támesis el cuerpo de un muchacho en cuya chupa de cuero había un gran parche de los Clash, y esa imagen le sirvió para certificar la muerte del punk.

Fue en el 79, imagínate, y era la sensación de que todo iba demasiado rápido. Así arranca esa canción, «Putney Bridge»: «El último punk se suicida en Putney Bridge». Creo que no fue una predicción acertada, porque el punk ha dejado muchas cosas. Es verdad que el ruido y la furia acabaron, pero aún habita en el alma de mucha gente. Dave Grohl, en Foo Fighters, tiene momentos en los que más punk es imposible.

Pero lo suyo siempre fue el rock. Y, hoy, según dicen los que saben, ese género camina con un andador.

Ahora mismo, las grandes estrellas de la música de fuera de aquí no son roqueros y ni siquiera hablan en inglés. El reguetón y los sonidos latinos han invadido el espacio musical de una manera tremenda, y es verdad que el rock se está haciendo mayor. Las grandes estrellas tienen entre 75 y 85 años, son octogenarios. Los dos Beatles que quedan, los Stones, Dylan… y los jóvenes tienen setenta y. Pero, en el directo, el rock es insuperable. Con andador o sin él, le queda mucho tirón.

Soy lexicógrafo. Demostrado.

Ramoncín

Cantante, letrista, actor, escritor, periodista… Odia los compartimentos estancos. Renacentistas al poder.

Si escribes letras eres escritor, y si eres escritor eres capaz de hacer otras cosas. Yo soy lexicógrafo. Demostrado. Para hacer un diccionario con más de 9.000 entradas y 15.000 acepciones, después de dos versiones distintas, hay que ser lexicógrafo. Hay que buscar mucho, indagar, leer mucho diccionario. Y eso no te aleja del hecho de ser compositor, autor, letrista. Creo en el renacentismo, claro.

Parte de su trabajo consiste en opinar. ¿No cree que hay demasiado opinador de salón y que escasean las voces autorizadas?

Parte de mi trabajo consiste en opinar y hay mucho opinador de salón, sí. Lo que creo es que la gente tiene que ser libre a la hora de opinar. Hoy, en un espacio de opinión hay uno que es de un partido, otro que es de otro, uno que escribe en un diario digital que tiene una línea editorial y un redactor jefe de otro periódico, y es imposible que de ese grupo salga algo que no hayas oído o leído. Yo tengo una ventaja, y es que soy libre. Y aunque me siento progresista, un socialdemócrata convencido, eso no significa que pertenezca a uno u otro lugar. Soy un analista social y político y preparo lo que voy a hacer, no digo lo primero que se me pasa por la cabeza.

En los ochenta, a la mayor parte de los músicos les preocupaba más escandalizar que hacer buena música. Hoy, pocos de los que han sobrevivido evitan la autocensura. ¿Es posible una democracia plena sin plena libertad de expresión?

Te contesto esto después de que Eva Amaral haya liberado su pecho y haya decidido cantar evitando la autocensura y, sobre todo, promoviendo algo que ya está bien, porque es escandaloso. Es verdad que había gente en los ochenta que el rollo era «venga, vamos a escandalizar, porque como no tengo nada que dar musicalmente, ni sé cantar ni sé tocar, pues hagamos algo para llamar mucho la atención». ¿Autocensurarse? Yo no pienso hacerlo. Una democracia plena sin plena libertad de expresión no es posible. La libertad de expresión sólo se termina cuando llega al Código Penal. No es libertad de expresión si hay injurias, calumnias, insultos graves, amenazas, difamaciones. Hay quien lo confunde, dicen que donde entra el Código Penal ya no hay libertad de expresión, y no.

El resultado de las pasadas elecciones ha sido un desconcierto. ¿Pactamos con un prófugo de la justicia que no piensa en el interés general o volvemos a las urnas?

El artículo 99 de la Constitución dice que el Rey tiene que llamar a formar Gobierno a quien considere o le haya presentado las opciones de que puede tener apoyos para gobernar. Y creo que si el Rey se aplica exactamente a eso, cuando vaya Feijóo y le diga tengo 171 o 172, le dirá «usted no va a ser presidente del Gobierno», y si el siguiente que llega le dice tengo 177, le dirá «pues usted sí». La situación es complicada, pero creo que no iremos a otras elecciones.

«Pero hay un rayo de sol en la lucha / que siempre deja la sombra vencida» (Miguel Hernández). ¿El que lucha siempre gana, aunque pierda?

Qué bonito eso del que lucha siempre gana, aunque pierda… Pues, querido, no lo sé. Esta es una pregunta muy difícil de contestar… Yo no tengo inconveniente en luchar hasta el último día de mi vida, pase lo que pase.