Rosa Peral, una mujer de ficción

“Rosa lo inunda todo. Debe de ser una persona que cuando entra en una habitación hace que todos la miren”, asegura Alfonso Egea. El periodista de investigación presentó hoy “29 balas y una nota de amor” (Editorial Alrevés), en el que relata minuciosamente el crimen de la Guardia Urbana de Barcelona. Y esa mujer fatal que lo inunda todo es su protagonista, Rosa Peral, que, como muchos seguidores del caso recordarán, ha sido imputada junto con Albert López del asesinato de Pedro Rodríguez, el agente incinerado en su coche y encontrado cerca del pantano de Foix hace poco más de un año.

Consciente del atractivo de Peral, Egea optó por no entrevistarla para el libro, basándose en cambio en fuentes oficiales para reconstruir el relato. “Para conseguir un grado de objetividad, no hablé con ninguno de los protagonistas de la historia que no fueran policías o formaran parte del proceso policial. Me consta que Rosa tuvo conversaciones durante el juicio con personas que creían que serían inmunes a su capacidad de seducción, pero no lo fueron”, asegura el autor.

“29 balas y una nota de amor” es el primero de una serie de libros que conformará la colección Sin Ficción dirigida por Marta Robles y que aspira a recuperar algunos de los episodios más oscuros o impactantes de la crónica de sucesos en España.

Robles, periodista y escritora de novela negra -entre ellas, la recién publicada “La mala suerte”-, afirma que “Rosa Peral es un ejemplo de mujer fatal, un personaje característico de la novela negra. La historia tiene todos los mimbres necesarios para resultar muy atractiva”. Sin embargo, aunque las traiciones y pasiones del caso parecen sacadas de la más truculenta imaginación, Robles insiste en que la base de la colección es que “no tenga ni una coma de ficción, pero que sea contada con el ritmo de una novela. Para eso necesitábamos profesionales que supieran todo de los casos, que supieran escribir de verdad y que pudieran narrar una historia con agilidad”.

Al libro de Egea le seguirán “Operación Candi”, de Manuel Marlasca; “Angie”, de Mayka Navarro, y “La Catedral de Santiago y el robo del Códice”, de Luis Rendueles. Egea asegura que, en todo caso, el asesinato de Pedro Rodríguez y todo lo que lo rodeó era tan insólito que no era necesario recurrir a la ficción. “De hecho, me he sorprendido con algunos detalles que he tenido que leer varias veces para asegurarme de que habían ocurrido.

Egea recuerda que todo comenzó con el llamado “juicio de la pornovenganza”. Rosa Peral había sido víctima de la difusión de una fotografía suya de contenido sexual. “De repente, el novio de esa chica es brutalmente asesinado y se nos disparan todas las alarmas: no puede ser que dos hechos tan llamativos no estén conectados entre sí”, asegura el autor.

Allí comenzó la indagación oficial, y a ese momento se remitió Egea a la hora de escribir: “Tuve la suerte de contar con personas dentro de la policía catalana que me permitieron tener una copia de toda la investigación. Lo que he tratado de hacer en el libro es contarle al lector cómo los investigadores resolvieron esta duda: ¿qué tiene que ver la foto con el asesinato?”.