Editorial Planeta

Sánchez-Garnica, en el nombre del padre

La autora, una de las más leídas de los últimos años, se lleva el Premio Fernando Lara de Novela, dotado con 120.000 euros gracias a la historia de una hija ilegítima que descubre los secretos de su verdadero progenitor.

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La autora, una de las más leídas de los últimos años, se lleva el Premio Fernando Lara de Novela, dotado con 120.000 euros gracias a la historia de una hija ilegítima que descubre los secretos de su verdadero progenitor.

La escritora madrileña Paloma Sánchez-Garnica ganó ayer en Sevilla la 21ª edición del Premio de Novela Fernando Lara, que cada año entregan en el Real Alcázar de Sevilla el Grupo Planeta y la Fundación José Manuel Lara con la colaboración de la Fundación Axa. Bajo el pseudónimo de Jorge Maura, presentó al jurado una historia de secretos de familia titulada inicialmente «Dejé de esperarte», que narra cómo una hija ilegítima que ha vivido durante años el calvario de sufrir por esa condición se reencuentra con su verdadero padre, que en ese momento está muy enfermo. Es entonces cuando conoce finalmente todo lo que se oculta detrás de su pasado y los problemas en los que se encontraban sus progenitores antes de abandonarla.

«Acabo de cumplir un sueño», dijo la ganadora minutos después de recibir su galardón. «Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido», título de la obra, es una novela «sobre la liberación que produce el perdón, tanto para el que lo pide como para el que lo otorga», según explicó la autora, que confesó que se trata de su obra «más personal».

Sánchez-Garnica, que tuvo palabras de recuerdo para José Manuel Lara Bosch, dedicó el premio a su marido. Además de con el galardón, se hizo con los 120.000 euros con los que está dotado el premio en una lluviosa noche literaria a la que también llegaron otros nueve finalistas, seleccionados de entre los 247 trabajos presentados en la edición de 2016. La autora es una de las escritoras con mayores cifras de ventas del Grupo Planeta y ha visto convertida en serie de televisión su exitosa «La sonata del silencio», editada en el año 2014, y que contó con una gran acogida por parte de los lectores. Ambientada en la España de la posguerra, Marta Etura, Eduardo Noriega y Daniel Grao fueron los encargados de dar vida a unos personajes que revivieron la situación en la que vivían los españoles tras la Guerra Civil. Con anterioridad, la ganadora había editado «El gran arcano» (2006), «La brisa de Oriente» (2009), «El alma de las piedras» (2010) y «Las tres heridas» (2012), con la que se convirtió, gracias al éxito de ventas con el que contó, en un verdadero fenómeno de masas.

Disciplina y rigor

Licenciada en Derecho e Historia, la llegada de Sánchez-Garnica al mundo de la literatura no se produjo hasta que cumplió los 40 años, cuando decidió que su vida se dedicaría a las letras para comenzar una carrera plagada de éxitos que tiene como principal sustento la disciplina y el rigor a la hora de ponerse a escribir y documentarse. Dos cualidades que la autora domina tras varios años dedicados a la preparación de oposiciones que le valieron para adquirir una de las herramientas más valiosas con las que puede contar un autor al crear un relato coherente y creíble, puesto que la novela histórica es su especialidad.

Autora de grandes y largas narraciones, desde muy pequeña comenzó un idilio con el ejercicio literario. Ahora reconoce que se deja llevar por el mandato de los personajes de sus obras, que son quienes le van marcando por dónde tiene que ir el libro y cuándo debe acabar. Como método de escritura, defiende que el autor vaya al compás que le dicta la propia narración, porque, en el momento en el que se fuerza «una situación o meto un personaje que no me corresponde ellos mismos, los protagonistas, se rebelan», confiesa la escritora que siente que «escribir es como leer una novela», que en el momento de la corrección pule hasta el extremo para que no haya ninguna arista o trazo sin claridad. Sobre el oficio, entiende que «escribe para aprender, porque comprendo y aprendo sobre épocas a las que se puede acceder también, mediante ensayos, a la Historia con mayúsculas, pero con la literatura se puede aprender la intrahistoria, que decía Unamuno, cómo vivía cada uno en un momento concreto», reconoce, al tiempo que ve en la literatura un ejercicio de tolerancia porque permite al lector meterse en la piel de los demás.

A la cita con las letras en la capital andaluza, asistieron una amplia representación de la sociedad y cultura andaluces que se dieron cita en el Real Alcázar de Sevilla, que en esta ocasión ofreció sus salones para acoger la cena de gala que antecede a la entrega del galardón. El jurado, compuesto por Fernando Delgado, Pere Gimferrer, Ana María Ruiz-Tagle, Clara Sánchez y Emili Rosales, en calidad de secretario.