Sara Blanch, la soprano de los siete premios
Cuarta en el Concurso Viñas, actúa mañana en el Teatro Real con un repertorio que incluye ópera y zarzuela
Cuarta en el Concurso Viñas, actúa mañana en el Teatro Real con un repertorio que incluye ópera y zarzuela
Tiene una voz dulcísima y una risa contagiosa. Hablamos mientras camina por la calle y hace un alto en el camino para tomar un café. Mañana Sara Blanch pisará el escenario del Teatro Real dentro del concierto que los ganadores del prestigioso concurso Viñas, cuya final se celebró el pasado mes de enero, ofrecerán en Madrid.
Ella quedó cuarta, pero se llevó a casa nada menos que siete premios, entre ellos el de mejor cantante, el del público y el de mejor intérprete de zarzuela.
«No sabía si presentarme»
“La verdad que no me lo podía creer y tampoco lo esperaba porque, de entrada, no sabía si quiera si presentarme. Yo me iba preparando el repertorio y veía que, a medida que pasaba el tiempo, que sí, que podía. Salí bastante contenta de cada fase. Así que tal como se ha desarrollado todo no me puedo quejar”, explica.
Tiene 26 años y nació en un pueblo de la ribera del Ebro, Darmos, donde se ha convertido en una heroina casi con club de fans. Su idea era llegar a la final y cumplió su deseo, a pesar del tremendo esfuerzo “tanto físico como piscológico que ello conlleva y del enorme nivel de mis compañeros”, dice, la mezzo estadounidense J'Nai Bridges, la soprano italiana Selene Zanetti y la soprano rusa Yulia Menninbaena, junto a las que cantará mañana.
Satisfecha
Se la nota satisfecha. Feliz, sería la palabra. Mañana no podrá tener a su familia en el patio de butacas “porque trabajan”, pero estamos seguros de que el público sabrá agradecerle su lección de canto. En el programa alternará zarzuela y ópera. Con ambas se siente a gusto, aunque digamos que la primera le tira un poquito más. Ella le quiere dejar su huella, “porque siento la raíz y tengo la libertad de im primir mi deje, mi sello español”.
Debutó en Pésaro con “Il viaggio a Reims”, esa veterana producción dirigida en la escena por Emilio Sagi y que tantas satisfacciones ha dado a las voces que empiezan. “Era una maravilla ver a los compañeros alrededor, tanto talento”. Ha sido la reina de la noche de “La flauta mágica” y ha cantado “Un ballo in maschera” y el “Orfeo” de Gluck. Está en el camino.
Cuando le preguntamos si hay alguna soprano en la que se mire, Sara contesta con desenfado: “Por mirar que no quede”, y enumera a Netrebko, a Damrau, a Bartoli, a Cantarero, a cada una para una cosa, porque “con todo ello aprendo y voy dando forma a mi propio camino”. Pero no se crean que todo en la vida de esta joven es música clásica. ¿Y el pop? “Me encanta. Y enseguida me pongo a bailar cuando oigo a Shakira”, confiesa.
Sabe controlar los nervios, “me salen los justos”, aunque los pasa antes de y no ya una vez que pisa el escenario. Le decimos que la próxima entrevista será cuando debute en el Real. Y que seguro que no será en un futuro lejano, seguro. Y ella se ríe una vez más.