Han pasado seis meses desde que el actor y creador del Teatro, Lliure Lluís Homar sustituyera la figura de Helena Pimenta y fuera nombrado director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico ostentando el puesto número siete de cabezas visibles que han pilotado este templo cultural a lo largo de toda su historia. Sin embargo, no era hasta esta semana cuando tomaba posesión del cargo de manera oficial y desvelaba algunas de las tan esperadas novedades que van a poder verse durante la temporada 2019-2024 al tiempo que establecía un desglose de los objetivos principales de los textos que van a representarse. Igualdad real entre hombres y mujeres y guiños a la lengua catalana.

Esos son dos de los principales cambios claves que destacan dentro de la nueva estética del Clásico y en el contexto de su misión programática para los próximos cinco años que el barcelonés ha querido remarcar en la rueda de prensa. Asegura que buscará la "igualdad efectiva entre hombres y mujeres"además de un acercamiento progresivo y efectivo a los textos clásicos desde una "lectura contemporánea".

Entre algunos de los objetivos de la CNTC se encuentra el acercamiento de los clásicos a las realidades sociales o una política de coproducciones "eficaz". La puesta en marcha de esto último resulta factible, tal y como ha indicado el director, gracias al impulso de la alianza con el Festival de Teatro Clásico de Almagro o la coordinación con las otras unidades de creación del INAEM, así como con otras compañías públicas y privadas, o algunos de los festivales iberoamericanos más importantes.

Si bien es cierto que Homar ya avanzó durante la rueda de prensa de presentación su propósito de expandir el marco representativo y abrir el abanico de épocas teatrales hasta el XIX, dando visibilidad a autores de otras lenguas como Ángel Guimerà, no ha sido hasta ahora cuando ha confirmado su clara intención de incluir clásicos catalanes entre el repertorio. Destaca la necesidad de rescatar estas piezas que asegura se encuentran "escasamente representadas", así como ejercicios que van desde la producción de obras de teatro clásico universal hasta la exploración de la tradición del teatro musical clásico. Algo que ha justificado destacando el hecho de que "la CNTC está ubicada en Madrid, pero es de ámbito nacional".

Especial remarque merece también la alusión al teatro español del Siglo de Oro a pesar de que el actor reconociese en un principio no sentirse demasiado experto en este terreno ya que "nunca"ha interpretado una obra de este periodo. Apoyándose en las citas de obras de autores como Shakespeare o Moliere, el actor especificaba que su vinculación profesional siempre ha estado muy ligada al "teatro clásico universal". Eso sí, Lluís Homar parece tener claro su papel continuista: "Yo vengo a aprender también", señalaba, no sin antes reiterar su objetivo de proseguir con una labor que ya estaba iniciada por Pimenta.