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«Los autores jóvenes se cuidan bien solos, hay buena cantera»

larazon

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Presidente de la Asociación de Autores de Teatro de España. Dramaturgo y guionista de cine –con Fernando León de Aranoa o en series como «Cuéntame como pasó»–, lleva dos años al frente de esta entidad.
Desde hoy y hasta el día cinco de noviembre, la Nave de Terneras de Matadero Madrid acoge el XVII Salón Internacional del Libro Teatral organizado por la Asociación de Autores de Teatro de España, que reúne a 325 dramaturgos y que el año pasado cumplió 25 años de existencia. Ignacio del Moral se encarga de la muestra, en la que se dan cita editoriales, librerías, entidades culturales, asociaciones, traductores... y, naturalmente, dramaturgos.
–¿Cuál es el objetivo de la Asociación de Autores de Teatro?
–Nació para reivindicar una existencia que les negaban las autoridades. Cuando esto se consiguió –ya nadie lo discute– se trata de consolidar el prestigio, poner en valor la figura del autor, de darnos voz y voto en foros –como las políticas culturales–, ayudarnos a tener conciencia de grupo, estar pendiente de los estrenos, tener encuentros para lecturas, con traductores o en el Salón del Libro Teatral.
–Un Salón que ya va por su XVII edición.
–Es muy interesante, pero poco conocido porque el libro teatral cayó un poco en desuso. Hasta los años 60 y 70 se leía mucho teatro, había colecciones, pero fue desapareciendo. Ahora hay un resurgir de la edición teatral. El libro es nuestro compañero, primero porque somos lectores y porque un libro publicado es una vida. Es lo que permite viajar a la obra y representarse aquí y allá. En ese sentido, la deuda que tenemos con editores y libreros es magnífica.
–¿Cuántas editoriales participan?
–Casi treinta. Son pequeñas normalmente, pero algunas con muchísima vida.
–¿Y las premian?
–Sí, como reconocimiento a su labor. Este año damos el galardón a Julia García Verdugo, antigua directora de La Avispa, histórica librería y editorial de teatro durante épocas muy duras, los años 70 y 80. Fue un lugar emblemático de encuentro para los autores. Asesoraba y recomendaba cuando le pedían obras para las compañías, colegios, institutos... Ejerció una labor dinamizadora más allá de la editorial.
–¿Qué tipo de actividades han organizado?
–Muchas y variadas, mesas redondas, novedades editoriales, la II edición de textos breves, lecturas dramatizadas... La gente puede sentarse a escuchar teatro leído por actores.
–¿Alguna especialmente recomendada?
–Para el visitante, lo más atractivo son las lecturas. Y para la gente interesada está el Teatro Exprés, uno de nuestros inventos más interesantes.
–Pasar en cinco horas de las musas al teatro.
–Así es. Es un premio que se convoca el primer día –jueves 3– a los participantes. Se les encarga la escritura de un texto en 6 horas sobre un tema que se les da al abrir la plica cerrada. El jurado las debate y el último día –sábado 5–, se representa como lectura dramatizada. Del papel al escenario en 24 horas.
–Y se homenajeará a Buero Vallejo.
–Estuvo en la fundación y fue presidente de honor. Tenemos una deuda con él. El homenaje es algo secreto. Lo hicimos en su fallecimiento y ahora en el centenario del nacimiento también lo tendremos presente.
–Habrá encuentro entre autores y traductores.
–Muy interesante para los escritores que presentan sus obras a traductores de todo el mundo en entrevistas conjuntas para explicarles el tipo de teatro que se hace. De ahí han salido traducciones y representaciones en otros países. Se trata de promocionar fuera a nuestros autores. Hay una difusión interesante en países este como Grecia, Rumanía, Hungría, Eslovaquia...
–Aquí representamos autores extranjeros, pero ¿los nuestros se representan fuera?
–Hay pocos con una gran carrera en el extranjero, pero sí son representados en ámbitos reducidos de Europa y en América. Jordi Galcerán, Sanchís Sinisterra, Juan Mayorga, Alberto Conejero... En estos países hay una gran presencia española en entornos cultos no masivos, pero hay interés y presencia.
–También cuidan la cantera de jóvenes.
–Ellos se cuidan bien solos porque hay una generación muy buena de autores jóvenes, una cantera surgida los últimos años, que tiene que ver con el nacimiento de la enseñanza reglada de la escritura de la dramaturgia. Yo era un poco escéptico y, sin embargo, ha dado muy buenos resultados porque salen muy bien formados. Luego aparte está el talento individual, que eso no se enseña.
–¿Se leen libros de teatro o se va al teatro?
–La gente sobre todo va al teatro y, sorprendentemente, ahora se va bastante a pesar de la crisis. Algo curioso porque ha sido muy duro para los profesionales, pero ha crecido mucho la afición, se han abierto muchas salas pequeñas en momentos muy frágiles.
–¿Cómo está en este momento?
–Se dice que el teatro siempre está en crisis pero con esto se niega a sí mismo porque está muy bien. Internet ha facilitado la compra de entradas por la inmediatez y se ha creado cierta expectación de los jóvenes alrededor del teatro. Es de lo poco que se ve en vivo y en directo y esa magia está prendiendo. Vivimos un buen momento en lo artístico, aunque económicamente es complicado porque esas salas se sujetan con el esfuerzo de los actores y es muy frágil porque son poco rentables. Para reflejar los aspectos humanos, el teatro sigue siendo único y en Madrid hay una gran oferta.
EL LECTOR
«Sí, soy lector de prensa a diario de uno o dos periódicos y en papel. Pertenezco a una generación que todavía considera que lo que no está en papel no se queda muy fijado. Así veo cómo está ordenada la página, e incluso la colocación de la noticia, que te dice más o menos según el lugar en que esté, empezar el periódico por detrás... Internet no mucho. Me fijo más, lógicamente, en la sección de Cultura, cine, teatro, pero también me interesa mucho la política y la ciencia. Me gusta la de Cultura de LA RAZÓN porque creo que tiene un criterio muy amplio y, además, siempre me han tratado muy bien cada vez que me han solicitado colaboración».