Estreno
Russian Red debuta en el teatro entre conjuros, fronteras invisibles y alguna trampa
La cantante da el salto a las tablas de la mano de Andrés Reisinger y una obra en la que "los cuerpos ríen, aman, gritan y la culpa les muerde los tobillos", presentan
Explica Andrés Reisinger cómo conoció a Russian Red (Lourdes Hernández). Era 2024 y llegaba la cantante con "una idea para una obra", asegura un hombre que la vio "diferente" al resto, "como cuando miras un objeto familiar desde un ángulo nuevo y descubres algo que siempre estuvo ahí pero nunca habías notado".
"En los ensayos empezaron a concretar ciertos temas, pero a difuminarse muchos otros", continúa de lo que ya es una realidad: 'Anoche en la azotea', la obra de teatro que, juntos, estrenaron anoche en Réplika Teatro, en Madrid (hasta el domingo 18 de mayo), donde "parece que alguien cuenta historias para no desaparecer", presentan de la pieza que no deja "claro si las historias de la protagonista o si son inventadas".
El escenario es cálido y sus fronteras invisibles: una madre peligrosa, un verano donde el mar se pliega en un triángulo y los deseos no se piden, "se guardan en vasos como pájaros dormidos", explican. "Los cuerpos ríen, aman, gritan y la culpa les muerde los tobillos. Hay conjuros, un escritorio y alguna trampa, pero casi nunca hay música cuando ella baila. Todo se deshace y reordena: alguien habla de envejecer como si fuera un arte, y mientras duerme construye ciudades donde un extraño se transforma en un océano de noche. O en un beso interno en la garganta", presenta el programa de mano.
Así, el estreno habla de soñar con ser padre no madre, del regalo del vacío y de la necesidad de ser tocada "justo ahí", en el lugar más abstracto, el que no se puede explicar con palabras. "La obra es ese instante preciso donde todo se desborda y la verdad parpadea como una luciérnaga entre lo que somos y lo que fingimos ser cuando nos miran".
Russian Red es Lourdes Hernández, cantante, compositora, "performer" y artista madrileña. Alcanzó el reconocimiento en su España natal con el lanzamiento de su álbum debut 'I Love Your Glasses', en 2008. A este le siguió 'Fuerteventura', en 2011, 'Agent Cooper', en 2014 y 'Karaoke', en 2017, además de extensas giras por Europa, Latinoamérica, Asia y Estados Unidos.
Actualmente con su vida a caballo entre Los Ángeles y Madrid, Hernández continúa creando música, ha publicado parte de su poesía, ha explorado la actuación en cine y televisión, y ahora trabaja en su primera obra teatral junto a Reisinger y en la que firman el texto a cuatro manos.
Reisinger, nacido en Buenos Aires, en 1990, se presenta en este espectáculo como un hombre que "despierta en ese instante preciso donde la luz se quiebra contra el mundo y lo transforma". Su arte nace de un gesto esencial, "como agua que encuentra su cauce entre lo visible y aquello que solo el sueño conoce". En sus instalaciones monumentales ('Pollen', 'The Shipping', 'Take Over' y 'Hortensia', esta última custodiada por el Museo Vitra) la arquitectura respira, tarde, se convierte en paisaje vivo donde cada elemento susurra su propia verdad.
Su obra, que ha encontrado eco en el Palazzo Strozzi, Pérez Art Museum y el Moco Museum, interroga el pulso secreto de nuestra era mientras crea espacios donde lo conocido se deshace en revelación. Reisinger toca con manos necesita la membrana que separa materia de luz, transformando lo digital en latido, en presencia que seduce y desorienta. Su lenguaje visual nos invita a habitar ese territorio donde la realidad se despliega como un amanecer perpetuo, donde cada gesto tecnológico se vuelve íntimo y necesario como el aire.