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Emilio de Justo: «Madrid merece verme al 200 por ciento. Este Otoño no estaré»

El extremeño reaparece hoy en Almería tras sufrir una grave lesión cervical
Prensa Emilio de Justo
La Razón

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Entre los mano a mano, las encerronas o las goyescas existe otro tipo de tarde aún más importante para cualquier matador, sus reapariciones, las tardes en las que se regresa del dique seco con la incertidumbre de si se recuperará el nivel original o las plenas facultades. La de hoy es la más esperada del año. Emilio de Justo nos dejaba congelados tras su dramático percance en la tarde de su vida, su encerrona en Las Ventas en el pasado Domingo de Ramos. El primer toro lo volteaba al entrar a matar. La épica encerrona quedaba en un suspiro, como un combate en el primer asalto. La fractura por estallido de dos vértebras cervicales (C1 y C2) le dejaba inmovilizado durante casi dos meses y ha sido en plena temporada cuando ha podido volver a vestirse de campo.
¿Cómo es volver a torear tantos meses después?
Fue un día mágico. Enrique Ponce me invitó a su casa y sentí que por fin todos estos meses de dolor y espera quedaban atrás.
¿Allí decidió reaparecer finalmente en Almería?
Sí, me ayudó mucho. Aunque estaba anunciado desde hace tiempo, habíamos acordado que la decisión definitiva no la tomaríamos hasta el último momento. Pero ya tengo muy buenas sensaciones.
¿Por qué esta plaza?
Me hacía muchísima ilusión volver a Almería y José María Garzón (Empresario de Lances de Futuro) ha volcado mucha ilusión en que reapareciese con él y ha tenido mucha sensibilidad. Además, creo que no hay mejor forma de volver que hacerlo en un mano a mano y con el torero más en forma del escalafón (Roca Rey) y ante toros del hierro de Núñez del Cuvillo. Tener una fecha tan importante en la cabeza te ayuda mucho a cumplir con los plazos.
Vuelve compitiendo a lo grande, al día siguiente torea en Cuenca con Morante y Pablo Aguado.
Tenía claro que cuando volviese lo haría para seguir asumiendo el máximo compromiso, intentando recuperar todos los carteles a los que me había comprometido antes del percance del 19 de abril, como el de Cuenca. Luego torearé en Francia.
¿Qué le preocupa más en estos primeros compromisos?
Poder reencontrarme. Lo que queda de temporada lo hemos diseñado con ese objetivo.
¿Volver a Madrid en la Feria de Otoño está entre esos planes?
No, hemos decidido que aún no vamos a volver a Madrid. Esa plaza se merece que esté al 200 por ciento. Además, creo que este invierno va a ser muy importante para recuperar toda la seguridad en mí y me va a permitir poder regresar a Las Ventas de una forma importante.
Pero sí ha vuelto a la Monumental como espectador.
Sí, aunque aún llevaba el corsé quise estar en una tarde que iba a ser tan especial para mí. Aún recuerdo el brindis de El Juli.
Otro de los compañeros que ha estado muy pendiente de su recuperación es Álvaro de la Calle, el torero sobresaliente que vivía la otra cara de ese Domingo de Ramos, haciéndose cargo con gran oficio de cinco toros.
Es asombroso cómo cumplió con un compromiso tan grande. Cuando vino a verme a la clínica se lo agradecí mucho.
¿Ha pensado en estos meses si se expone demasiado a la hora de matar? Muchos de sus percances han llegado así.
Solo he pensado en pulir detalles, no en cambiar. Intento matar lo mejor que sé, y para eso te tienes que entregar y asumir riesgos. No hay otro modo.
Ahora es a Fortes a quien le ha vuelto a tocar el lado amargo de esta profesión.
Siento muchísima admiración por Saúl. Le volvió a tocar, pero ya conocemos la raza sobrehumana que tiene para rehacerse.