Pamplona

La épica de Juan de Castilla y la trágica cogida de Rafaelillo marcan la tarde de Escolar en los sanfermines

El colombiano y el murciano cortaron un trofeo meritorio a la de Escolar y Rafael tuvo que ser trasladado al hospital

La épica de Juan de Castilla y la trágica cogida de Rafaelillo marcan la tarde de Escolar en los sanfermines
Octava de abono Feria del Toro PamplonaAgencia EFE

Los cárdenos de José Escolar llegaban a Pamplona con no poca expectación. Rafaelillo despejó las dudas y los miedos con el primero de la tarde con una larga cambiada de rodillas. Después hubo que despejar más cosas porque el toro pronto comenzó a echar el freno de mano, a cruzarse en el camino y desviarse de la entrega. Le pegaron y apretó en el peto. No tuvo entrega después en el engaño donde acudió con la cara alta y sin ninguna gana. Iba y venía sin querer y en esas Rafaelillo hizo la faena con el oficio que le han dejado los años, que poco no es.

Tremenda cogida

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Octava de abono Feria del Toro PamplonaVillar LópezAgencia EFE

A portagayola se puso en el cuarto. Terrible fue lo que vino después. El toro parecía que iba y venía, pero se lo tenía guardado siempre y los toros que se lo tienen guardados antes o después cazan. La caza del de José Escolar fue espantosa. Le prendió a Rafaelillo para estar hablando de una tragedia mayúscula y le cogió cuatro o cinco veces. Perdimos la cuenta. Un espanto. Terrible. Desmadejado se levantó. Y no sabemos cómo ese hombre se repuso y volvió a torear a la alimaña que no tenía un puñetero pase. Logró meter la espada después y sumar un trofeo, que le debió valer su peso en oro. Estaba sufriendo y tardó demasiado en irse a la enfermería. Ver abatido a un torero es desagradable. Pierde la épica y es dolor compartido. Emocionado se fue a las manos de los médicos.

Octava de abono Feria del Toro Pamplona
Octava de abono Feria del Toro PamplonaVillar LópezAgencia EFE

El último paseíllo hacía Fernando Robleño en esta plaza en la temporada de su despedida. Y lo hizo con un segundo que pasó con tibieza por el caballo y con el que Juan de Castilla tuvo toda una declaración de intenciones con un quite por gaoneras muy a las bravas. Tuvo el toro media embestida después y con su guasa. En ese aire fue la faena de Robleño después para librar la media que le faltaba y logró encontrarse a gusto en algunos muletazos. Pinchó antes de la estocada.

Se justificó de largo con un quinto irregular al que tragó y sacó más de lo que pareció que tenía. Mal con la espada.

Juan de Castilla y la gesta

Cornipaso y de eternos y tenebrosos pitones era el tercero. Que sufrimiento de frente y de lado. A Juan de Castilla no le importó. Impactaba la imagen del comienzo de faena. El toro retrocedía y Juan avanzaba desafiante de rodillas. Locura máxima. La imagen y lo que vino después. Le tragó mucho y así fue la manera de que el toro sacara lo que tenía, que era humillación. Lo exprimió, conectó con la gente y nos dejó sin respiración y con las peores sensaciones del mundo cuando al entrar a matar, recordar cómo era el toro de cara, le cogió por el pecho. Él de pronto, se miró y se desmayó (y casi nosotros al ver la escena) Tétrica. (El toro no solo hiere, por eso lo que ocurre en la plaza tiene tanta verdad). Se repuso, oxígeno, por dios, y se tiró a matar. La oreja fue de oro. El toro encastado.

A morir vino en el sexto. Sin duda. Y a pesar de que el Escolar había sido muy difícil en los tercios anteriores se puso con la izquierda en el centro del ruedo. De locos. Tragó todas y cada una de las embestidas en las que el toro no humilló. Capaz de todo. Y un infierno meterlo la espada.

Ficha del festejo

Pamplona. Sexta. Se lidiaron toros de José Escolar, bien presentados. El 1º, sin entrega ni humillación; 2º, de media arrancada; 3º, con humillación y duración, encastado toro; 4º, peligroso y orientado;5º, irregular pero agradecido; 6º, distraído y deslucido.

Rafaelillo, de verde hoja y oro, pinchazo, estocada corta (silencio); estocada (oreja).

Fernando Robleño, de plomo y oro, pinchazo, estocada (saludos); cinco pinchazos, dos descabellos (silencio).

Juan de Castilla, de grana y oro, pinchazo, estocada, aviso (oreja); media, estocada (palmas).