Santander
La Feria de Santiago se consagra como la joya taurina del norte
Tres llenos, récord de jóvenes, un aumento de abonados del 26%, faenas memorables y el regreso del museo taurino sitúan a Santander como epicentro de la afición en el norte
En un calendario taurino donde el norte no siempre acapara los focos, Santander ha dado este año un golpe de autoridad con una Feria de Santiago 2025 que ha batido récords, cautivado al público y reforzado su identidad propia. Con tres carteles de “no hay billetes”, dos llenos y una asistencia constante el resto de las tardes, la plaza de Cuatro Caminos ha vivido una edición histórica.
José María Garzón, empresario del coso, lo resume sin rodeos: “Santander se ha consolidado como la Gran Feria del Norte, una feria con personalidad propia y que ha sido extraordinaria”. Y no es solo una impresión: los datos lo confirman. La asistencia ha superado la de años anteriores, el número de abonados ha crecido un 26% y los festejos han reunido a aficionados de toda España y del extranjero.
En lo artístico, la feria ha brillado con momentos de altísimo nivel. Las puertas grandes de Diego Ventura, Fernando Adrián, El Cid o Marco Pérez han marcado una edición con nombres propios, sin olvidar las dos tardes estelares de Roca Rey o la faena íntima y rotunda de Juan Ortega frente a Morante. La gesta de Damián Castaño, que reapareció tres días después de ser corneado, aportó épica a un ciclo donde, según Garzón, “si la espada hubiera acompañado más, habríamos visto el doble de triunfos”.
El apartado ganadero también ha respondido con altura: una completa corrida de El Puerto de San Lorenzo, un toro de Victorino con vuelta al ruedo y ejemplares destacados de hierros como Miura, Juan Pedro Domecq o Domingo Hernández redondearon un ciclo variado y con emoción en todos sus tercios.
Uno de los fenómenos más celebrados ha sido la irrupción del público joven. Los casi 1.300 abonos especiales a 57 euros se agotaron en horas, un dato que refleja el tirón de la feria entre las nuevas generaciones. “Estamos sembrando en nuevos aficionados, y eso es vital para el futuro de esta plaza”, explicó Garzón con satisfacción.
Más allá del ruedo, el impacto mediático ha sido notable, con presencia de medios taurinos nacionales y una campaña de marketing sin precedentes: spots televisivos en prime time, cartelería urbana, presentaciones en ciudades clave como Madrid, Bilbao o Sevilla... Todo un despliegue que ha reforzado la imagen de Santander como ciudad taurina en pleno auge.
Como complemento cultural, la reapertura del museo taurino del coso ha atraído a casi 6.000 visitantes, que han podido disfrutar de trajes, capotes y objetos históricos, en una apuesta por enriquecer la oferta para el aficionado y el curioso.
Santander ha demostrado en 2025 que no solo quiere estar en el mapa taurino, sino ocupar una posición protagonista. Una feria que no ha necesitado gritar para hacerse oír, y que ha dejado claro que el norte también embiste.