El ministro Urtasun: un ridículo de dos orejas y rabo
Quedar en ridículo: expuesto a la burla o menosprecio de las gentes. El Diccionario, siempre tan preciso, nos describe perfectamente a día de hoy la situación del ministro de Cultura Urtasun


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Quedar en ridículo: expuesto a la burla o menosprecio de las gentes. El Diccionario, siempre tan preciso, nos describe perfectamente a día de hoy la situación del ministro de cultura Urtasun. Y es que el 3 de mayo de 2024 anunciaba en la red X: “Hay una mayoría social de españoles cada vez más concienciada con el bienestar animal. Con la supresión del Premio Nacional de Tauromaquia damos un paso importante para adaptar nuestras instituciones a la España de 2024.” Pues bien, todo lo que dice es incorrecto y demuestra que no se ha enterado de qué significa ser ministro de cultura de la nación, porque el cargo le viene muy grande.
Lo más gracioso es que no había pasado ni un día desde el anuncio, y ya la Fundación Toro de Lidia, el Senado y varias Comunidades Autónomas habían anunciado que, de eso, nada, que el premio se iba a seguir dando. Como un aprendiz de brujo animalista, el ministro logró el combo taurino perfecto: hacer que diversas administraciones públicas y la Fundación reaccionaran de inmediato en su contra y anularan su intento de censura; dar una importancia y publicidad extraordinarias al premio, y hacer relevante el talante censor y populista del animalismo.
Pero no por eso hay que dejar de denunciar el hecho de que un ministro de cultura quiere censurar y perjudicar a sabiendas una manifestación cultural importantísima de su propio país, por la sencilla razón de que a él no le gusta. Es, por tanto, una cuestión de odio al modo en que millones de españoles siente y disfruta su forma de acercarse a la cultura. El ministro no entiende que no es el Gobierno el que decide qué es cultura y qué no, y menos amparándose cobardemente en un supuesto rechazo generalizado que, a la vista está, es falso. La tauromaquia es cultura real en España, tan real como el ridículo que ha hecho el ministro creyendo que suprimía el premio, Un ridículo de dos orejas y rabo.
Ayer se presentó el Premio Nacional de Tauromaquia 2024 en la Comunidad de Madrid. Posteriormente, el jurado se reunirá en Toledo. Y, finalmente, se entregará, con toda solemnidad, en el Senado español.
Para haberse suprimido, señor Urtasun, este premio está muy vivo, ¿no cree?