Teatro

Teatro

Viajar sin «selfies» (y sin marido)

«Olvidémonos de ser turistas» llega al Teatro Español para hacer «un recorrido por los paisajes humanos», presenta su directora, Gabriela Izcovich

Viajar sin «selfies» (y sin marido)
Viajar sin «selfies» (y sin marido)larazon

«Olvidémonos de ser turistas» llega al Teatro Español para hacer «un recorrido por los paisajes humanos», presenta su directora, Gabriela Izcovich.

Foz do Iguaçu, Brasil. Hasta allí se ha ido de vacaciones una pareja de Barcelona, cerca de La Triple Frontera que entrelaza Argentina, Brasil y Paraguay. Será en este lugar donde el matrimonio (Lina Lambert y Pablo Viña), que lleva 30 años casados, chocará de una forma aparentemente inofensiva. Pero será la irrupción de un joven viajero solitario la que desencadenará una discusión que termine con un viaje idílico. A la mañana siguiente, ella ya no estará junto a su esposo y sí rumbo a Argentina haciendo saltar por los aires toda previsión en su ruta. Así, las conexiones de la pareja con la geografía y un episodios doloroso nunca hablado irán dando forma a «Olvidémonos de ser turistas», una pieza que llega a Madrid dentro del ciclo 3D del Teatro Español sobre dramaturgos contemporáneos vivos y tras haber sido estrenada en enero en Barcelona.

Es la obra que Josep Maria Miró (autor) y Gabriela Izcovich (directora) presentan ahora en la Sala Margarita Xirgu hasta el 10 de junio. «Un viaje interior y exterior que muestra que la vida no está hecha de paisajes de naturaleza sino de paisajes humanos y que el viaje no tiene que ver con hacerse un “selfie” sino con encontrar el camino en la vida. Tiene que ver con el cruce de viajes de alguien que se traslada a otro sitio», explica la directora argentina. Trayecto que para Lambert es «el recorrido interior que hace uno cuando ha estado mucho tiempo callado sin querer aceptar la vida y no hay otro remedio que esa reflexión hacia la propia alma con los fantasmas de cada uno».

Una función que ha llevado a Miró a preguntarse ¿por qué viajamos? ¿Qué esperamos encontrar más allá de nuestras fronteras? ¿De qué manera el viaje físico también se convierte en un viaje emocional? ¿Cómo nos relacionamos con las geografías que nos expulsan, o bien con las que nos acaban acogiendo?... «Es una obra sobre las migraciones emocionales y sobre la conciencia de que cuando uno viaja y mira el mundo directamente a los ojos, a sus problemas y a uno mismo tiene que modificar su estatus de turista relajado y quizás un poco frívolo para asumir mayores responsabilidades», cierra el autor.