Coronavirus

Javi Castillejo: “Vamos a ver si noqueamos al bicho”

El ocho veces campeón del mundo de boxeo, colabora como voluntario de Cruz Roja repartiendo alimentos

El excampeón del mundo de boxeo Javi Castillejo recibió el agradecimiento de Parla por su labor como voluntario de Cruz Roja
El excampeón del mundo de boxeo Javi Castillejo recibió el agradecimiento de Parla por su labor como voluntario de Cruz RojaEFE

Javi Castillejo ha cambiado los guantes de boxeo por los guantes de látex y la mascarilla para atender a los vecinos más necesitados de su ciudad, Parla, y de alguno de los municipios de los alrededores. El ocho veces campeón del mundo de boxeo es uno de los voluntarios de la Cruz Roja que colaboran estos días para que el efecto de la pandemia sea más llevadero.

Castillejo es uno de los miles de españoles afectados por el parón. A sus 52 años sigue vinculado al boxeo. «Estaba todo el día en gimnasios, en clase, en cursos, en seminarios...», dice. Hasta que el coronavirus mandó parar y él decidió retomar el voluntariado en la Cruz Roja. «Fui voluntario tiempo atrás y ahora he vuelto para ayudar un poquito a las personas», asegura el campeón. «Estaba en casa viendo las noticias y pensé “yo en vez de estar aquí sentado, puedo ayudar, echar un cable”. Así que fui a ofrecerme a la Cruz Roja y ahí andamos, aportando mi granito de arena y ayudando a la gente», añade.

Ahora acude dos o tres veces por semana al almacén de la Cruz Roja para recoger los alimentos que luego reparte. Otras veces se encarga de ir a comprarlos. «La Cruz Roja dona una tarjeta con un importe determinado y con eso la gente puede ir a comprar. Pero hay gente que no puede salir y vamos nosotros», explica. En la cesta hay de todo, «un poco, fruta, verdura, carne, pescado, leche, huevos...», asegura Castillejo.

El ex boxeador, que se ha ganado la vida en las distancias cortas, con el contacto directo, ahora tiene que tomar precauciones. «Ahora estamos luchando en la distancia, estamos luchando a tres metros de distancia», cuenta. Cuando llega a casa de la gente a la que asiste deja las cosas en la puerta o en el portal si tienen autonomía para bajar hasta la entrada. «Hay mucha gente que lo está pasando mal, hay mucha gente necesitada, hay gente que por su avanzada edad y su estado están un poco aislados en sus casas solos. Sienten mucho la soledad», dice.

Entre los que reciben su ayuda, algunos reconocen al campeón. «Sobre todo los señores que han visto más boxeo», reconoce. Pero en el voluntariado, Castillejo es uno más, no es el ocho veces campeón del mundo ni el hombre que aguantó en pie doce asaltos a Óscar de la Hoya. Recibe su cuadrante con los turnos y sale a atender los pedidos cuando le toca. No tienen «clientes fijos». «Los pedidos van saliendo y se van haciendo. Seis, siete, cuatro, depende del día», asegura. «En general te lo agradecen mucho, algunos se ponen incluso a llorar, se le caen las lágrimas, es gente muy especial», dice.

El Lince, como cuando boxeaba, se protege con todo lo necesario. «Mascarilla, guantes y mucho gel, pero aún así te puedes contagiar. No es fácil librarte, es fácil que te contagies», reconoce. «No sé lo que es esto, la Tercera Guerra Mundial», afirma.

Pero está seguro de que saldremos adelante. «Vamos a ver si vencemos al virus con un gancho de derecha y lo noqueamos».