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Derruida la pista 1 de Roland Garros, la Plaza de Toros, donde debutó Nadal, donde Safin se bajó los pantalones...

Es el único partido que el doce veces ganador del torneo parisino ha disputado fuera de los dos estadios principales

No queda nada donde estaba la pista 1 de Roland Garros Francois MoriAP

La pista número uno de Roland Garros, conocida popularmente como la “Plaza de Toros”, donde el español Rafael Nadal debutó en este torneo en 2005 venciendo al alemán Lars Burgsmuller, es sólo ya un recuerdo, pues ha sido demolida, para seguir con los planes del proyecto de remodelación y ampliación de estas instalaciones.

Redonda y coqueta, con capacidad para 3.800 espectadores, se decía que los golpes a la bola se escuchaban allí de una forma especial, muy diferente a las otras pistas del recinto. Fue construida en 1980 por el arquitecto Jan Lobera, exjugador y campeón júnior del torneo, y con la llegada de la cancha Suzanne Lenglen en 1994, fue empujada al tercer lugar en la jerarquía. En las losetas de la parte superior figuraban los nombres de los vencedores. Pero ya no queda nada de ella, porque siguiendo el paso inexorable de las obras, ha sido demolida en su totalidad y este lunes ya nada la recuerda físicamente.

A pesar de la pandemia, la remodelación del recinto ha proseguido para llegar a las fechas inicialmente previstas de competición del 20 de septiembre al 4 de octubre, aunque podría retrasarse una semana. El espacio ganado tras su demolición lo ganará la popular Plaza de los Mosqueteros, que terminará siendo un espacio verde para los aficionados durante el torneo. En la “difunta” Plaza de Toros se vivieron duelos espectaculares como la victoria del brasileño Gustavo Kuerten sobre el austríaco Thomas Muster en la tercera ronda de 1997 en su camino hacia el título, o los cuartos entre Gabriela Sabatini y Mary Joe Fernández en 1993, cuando la estadounidense levantó cinco bolas de partido contra la argentina (perdía 6-1 y 5-1) y terminó ganando por 1-6, 7-6(4) y 10-8.

Fue también testigo del desparrame del rusoMarat Safin, que en 2004 en su partido contra el español Félix Mantilla se bajó los pantalones para celebrar un punto, falta que el juez de silla brasileño Carlos Bernardes le castigó con la pérdida de un punto. “Aquel punto lo merecía”, dijo entonces Safin.

También fue escenario para la polémica, precisamente el año de su inauguración, cuando el argentino Guillermo Vilas, sintiéndose enfermo, pidió que el partido se trasladara al día siguiente para recuperarse y jugar su duelo de octavos contra el español Manuel Orantes. Vilas no se presentó ese día y Orantes, amparado en que se respetara la nueva regla de los 15 minutos de espera que decía que si no se presentaba el rival, el que había acudido pasaba de ronda, se negó a jugar la jornada siguiente. De hecho, el juez árbitro le había comunicado que ya había ganado ya el partido.

Fue el director del torneo Philippe Chartrier el que lo pospuso para el día siguiente. Orantes no se presentó y fue descalificado. Los aficionados no estuvieron de acuerdo y lanzaron latas y aviones de papel a la pista. “Yo lo único que quería era que se cumpliera la regla”, dijo este lunes Orantes a EFE al recordar aquel incidente en aquella pista histórica.

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