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El Real Madrid gana al Granada (1-2) y deja LaLiga a un paso

Gran primera parte del equipo de Zidane, que dominó al rival y marcó dos goles. Pero reaccionó el Granada y con su reacción en la segunda mitad, pudo empatar el partido

Casemiro, en el partido del Granada
Casemiro, en el partido del GranadaJose BretonAP

Se puede hacer todo el ruido posible, buscar excusas, rellenar tertulias y mandar tuits. Se puede opinar hasta que los hechos no valgan. Se puede hacer de todo, pero ni aún así se va evitar que la realidad se imponga, que el Real Madrid de Zidane gane esta Liga por ser el mejor equipo de campeonato, por ser el más firme cuando había que serlo, por saber dominar y saber sufrir, como contra el Granada. Le dominó en la primera parte y acabó sacando el empate bajo los palos Ramos en la segunda mitad y Courtois haciendo otras de sus paradas. Era un día clave y complicado y el Madrid lo salvó cuando parecía que iba a gobernarlo sin problemas. No estuvo tan firme atrás como otros días, pero supo sufrir para sentirse casi campeón de Liga.

Todos habían señalado el encuentro contra el Granada como el más peligroso, por el optimismo que desprendía el rival, por el cansancio que venía acumulando el Real Madrid.

Pues llegó el conjunto blanco y se marcó la mejor primera parte desde que regresó la competición tras el confinamiento. El Granada no dio noticias hasta el comienzo de la segunda mitad, cuando, con los cambios, despertó y rompió la racha de Courtois. Los cambios de Zidane, dando salida a Asensio y Rodrygo volvieron a meter al Madrid en el partido, pero éste ya tenía otro tono, más peligroso para el Madrid y mucho más igualado. Supo manejarse el Madrid en ese nuevo escenario. Había que salir vivo y con los tres puntos y lo consiguió.

Zidane ha reafirmado en este esprint de final de Liga que es un entrenador maduro, mejor que el que se fue hace un par de veranos, que maneja mejor los partidos y que no tiene miedo a nada. Cada encuentro es una historia que plantear, casi que empezar de cero y le exige imaginación. Cada día es una aventura distinta y no hay alineación idéntica ni sistema igual. Así, tras haber apostado por Asensio y Rodrygo en los últimos días, Zidane dio un volantazo. No quería ese tipo de partido en Granada, buscaba otra cosa: posesión, control y desanimar al rival con la pelota. Pero cuando tuvo que cambiar de nuevo, cambió. Sin problemas. Si había que ir a los golpes, se iba.

A imagen del choque de la Supercopa de enero, que ganó el Real Madrid, aunque por todo lo pasado parece mucho más lejano todo, Zizou repitió el equipo de centrocampistas que tan buen resultado le dio contra el Valencia. Aunque es cierto que otros días no le salió tan bien. Casemiro y Kroos detrás y delante una línea con Valverde, Modric e Isco. El croata, que ha llegado a este final de LaLiga como una moto, es el media punta, mientras que Valverde es el todoterreno e Isco se mueve por todas las zonas y, como en el taconazo del segundo gol, va dejando detalles..

Benzema tiene una una influencia en el equipo como nunca se ha visto en un delantero centro. Pero es que además hace goles. Puede que el francés sea el futbolista más importante de esta Liga. Tras once años en el Real Madrid, es justo que le haya llegado el momento del protagonismo.

Benzema hizo su gol buscando la escuadra con el interior, nada que ver con lo que había hecho Mendy antes. No hay grupos de Whatsapp de madridistas que no discutan acerca del lateral francés. Su forma de jugar da para los debates. Más cuando con quien compite por el puesto es Marcelo. Son dos formas de entender el fútbol y, por tanto, dos formas de entender la vida. Marcelo es enorme y alegra la vista porque hace con la pelota lo que le da la gana. Mendy tiene más problemas y a veces da la impresión de que como cambie de sentido en su carrera, se va a romper. Marcelo suele ser sobrepasado por sus rivales; Mendy es como chocarse con una pared. Marcelo va a buscar el regate: Mendy va a lanzar la pelota y va a correr detrás de ella, va a sacar tres metros en cinco al rival, pese a arrancar uno por detrás y después le va a pegar con la puntera: punterazo, cañonazo, trallonazo, todo esos sinónimos que decíamos de pequeños, para superar a un portero que alza las manos como quien se rinde. No lo hizo el Granada, pero no frenó al Madrid.