F-1

Fernando Alonso

Renault, el destino ideal para Fernando Alonso o... no tanto

La escudería gala confía en que el nuevo reglamento en 2022 y la llegada del piloto español cambien su rumbo

Fernando Alonso
Fernando AlonsoJ.L.CereijidoEFE

La vuelta de Alonso a la Fórmula Uno ha recuperado el debate sobre su suerte o discutible capacidad a la hora de elegir los equipos en su carrera deportiva. Su salida de McLaren en 2007 para recalar de nuevo en Renault reabrió la discusión sobre si era o no acertado abandonar en aquel momento la escudería. El asturiano siempre afirmó que era importante tener un coche rápido y ciertamente en McLaren lo tenía, a pesar de todo lo que tuvo que soportar aquella inolvidable temporada en la que protagonizó un tremendo duelo con Lewis Hamilton. Aquella decisión para irse posteriormente a Ferrari se saldó con dos temporadas en las que, con un sobreesfuerzo, luchó por el título mientras que el resto de años no tuvo prácticamente nada que hacer.

Muchos acusaron al español de elegir mal sus equipos en aquel momento, pero Ferrari es Ferrari y a día de hoy sigue siendo uno de los mejores equipos y el que mayor presupuesto tiene. Pero Alonso se cansó de esperar un buen coche y le tentó la idea de regresar a McLaren con la «romántica» idea de repetir el éxito que tuvo Ayrton Senna y su asociación con Honda. Pero el fracaso fue histórico y el español firmó una de las etapas más tristes de la F-1. Todo un bicampeón del mundo, en plena forma, y en uno de sus mejores momentos en cuanto a pilotaje, quedó desaprovechado por el caos vivido en la escudería de Woking entre los años 2015 y 2017. Ni siquiera la solución repentina de contratar los servicios de Renault para motorizar a McLaren pudieron con la decisión de Alonso de abandonar la F-1, al menos de forma momentánea.

Alonso decidió afrontar otros retos y lo hizo con el único equipo que podía ganar algunos de los desafíos que se propuso, el de las 24 horas de Le Mans y el Mundial de Resistencia. Tampoco tenía muchas más opciones para elegir. Se volvió a equivocar en el nuevo asalto a las 500 Millas de Indianápolis en 2019 cuando todo un campeón del mundo se dejó engañar por un proyecto con McLaren que hizo el ridículo desde el minuto uno.

El caso es que el piloto ovetense regresará de nuevo a la mítica carrera estadounidense este año (23 de agosto) y lo hará también con McLaren, aunque esta vez la asociación es con una estructura americana muy experimentada que, al menos, logrará la clasificación. Eso sí, su equipo no está entre los favoritos a la victoria final.

Su regreso a Renault la próxima temporada en la Fórmula Uno choca con las palabras que pronunció el asturiano estos meses atrás cuando era cuestionado por una posible vuelta a la categoría reina. Siempre afirmó que volvería si tuviera un coche ganador, algo que a día de hoy la escudería gala no puede ofrecerle. Pero el caso es que ha vuelto.

El regreso se concretará en 2021 y todo lo que se puede esperar de su monoplaza es que luche por ser el cuarto equipo, lejos de Mercedes, Ferrari, Red Bull o incluso Racing Point o McLaren. Será una campaña en la que veremos a Alonso «sufrir» en la mitad de la parrilla en todos los Grandes Premios. Otra cosa muy diferente será lo que ocurra en 2022, con el cambio de reglamento.

Alonso estuvo en conversaciones con Racing Point, que se ha convertido en la sensación de la temporada gracias a su particular «arte» para plagiar a Mercedes y ahora da la sensación de que hay coche, pero lo que no hay son pilotos. Uno de estos asientos es el objetivo de Sebastian Vettel, que ha visto en este equipo, que próximamente se denominará Aston Martin, su tabla de salvación. Desde luego, a día de hoy ni los McLaren ni los Renault son capaces de alcanzar su rendimiento.

Renault fue el único equipo que realmente apostó por Alonso, que necesitaba una figura deportiva y mediática para reflotar su equipo de F-1 ante una situación de crisis que hace apenas unos meses lo hizo tambalear seriamente. ¿Será un nuevo error de Alonso haber elegido Renault? El tiempo lo dirá, aunque a diferencia de otras épocas, esta vez el asturiano tuvo muchas menos opciones donde elegir que en años anteriores en los que era la referencia absoluta del mercado de la F-1.