Antoine Griezmann

Los niños aprietan a Griezmann

El francés no espabila y Pedri, Trincao y Dembélé empiezan a asomar con el Clásico a la vuelta de la esquina

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Sonreía Griezmann y aplaudía los goles de sus compañeros en el partido de la Champions contra el Ferencvaros. Es uno de los futbolistas más discutidos por la relación calidad-precio-rendimiento y en el estreno europeo no disputó ni un minuto. También es verdad que cuatro días después estaba el partido contra el Real Madrid y su suplencia se podría interpretar como un descanso antes de la gran batalla. «Ya se verá», dijo Koeman para mantener el misterio sobre quién formará su ataque en el Clásico, sobre si el campeón del mundo estará entre los once jugadores que empiecen el partido en el Camp Nou.

Uno de los propósitos que se hizo el entrenador holandés cuando llegó al Barcelona fue hacerle un sitio a Griezmann después de una primera temporada en la que no brilló. «Cuento con él», dijo en sus primeras intervenciones. Y creía haber detectado el problema: «Con todo respeto, Griezmann no es extremo», afirmó, partidario de intentar colocar a los futbolistas donde mejor puedan rendir. Pero con el francés lo ha intentado partiendo desde la derecha, pero para hacer diagonales más que para llegar a la línea de fondo, de «falso 9» o en la media punta, y no ha habido manera de que funcione. Los futbolistas del ataque suelen intercambiar sus puestos y en ninguno ha estado cómodo el jugador que costó 120 millones de euros en el verano de 2019. Titular en los cuatro partidos de Liga, pero siempre sustituido porque Koeman es partidario de refrescar mucho a los atacantes (Messi es el único que juega los 90 minutos), no es que no haya aportado ni goles ni asistencias, es que apenas se le ve en los encuentros y ha desperdiciado alguna ocasión clara de la que su entrenador se ha acordado después en público.

No ha aprovechado sus oportunidades mientras que la tropa de chavales con los que compite empiezan a despegar. Pedri es más mediapunta ( es más Coutinho, para que se entienda), pero en la guerra de guerrillas que fue el duelo contra el Getafe se las apañó para sacar su calidad y ser el mejor durante el tiempo que estuvo en el césped, y la misma sensación dejó el pasado martes. Es pura magia. Y Trincao se presentó en el partido contra el Ferencvaros para ofrecer desborde por la derecha. Cierto que el equipo húngaro es el más débil, en principio, en la Champions, pero el portugués quiere demostrar que no es un relleno en la plantilla o un jugador de futuro. Que está para jugar ya. Hasta Dembélé dio un paso adelante en una temporada que se presenta como su última oportunidad para triunfar en el Camp Nou o darlo por perdido. Cualidades tiene y eso lo ven los técnicos que pasan por el Barça, pero entre su mala cabeza y las lesiones ni Valverde ni Setién lograron que rindiera. Dembélé y Trincao son jugadores más encaradores y Griezmann tiene la experiencia y el desmarque, aunque hasta ahora no le ven. Es una de las decisiones de Koeman para el Clásico.