Baloncesto
La tercera ola del coronavirus salpica con suspensiones a la NBA
La COVID-19 provoca nuevas suspensiones, pero se descarta un parón de la Liga
La madrugada del lunes se suspendió el Celtics-Heat, en la del martes se suspenderá el Mavericks-Pelicans y el miércoles no se celebrará el Celtics-Bulls. Son las secuelas de la tercera ola del coronavirus que ya está sacudiendo la NBA después de las fiestas navideñas. Las consecuencias de las celebraciones en unas fechas tan especiales salpican la Liga, pero ésta ha descartado cualquier clase de parón al margen de las suspensiones. El Comisionado Adam Silver y sus ejecutivos habían planificado que enero, al igual que sucede en el resto de la sociedad estadounidense, iba a ser el mes más complicado de la pandemia. Por eso no se publicó el calendario de manera íntegra y esta temporada no se va a celebrar el Fin de Semana de las Estrellas con lo que hay fechas libres para reprogramar los partidos.
Desde el pasado viernes casi la mitad de las franquicias (12 de 30) tienen algún jugador sometido a los protocolos sanitarios establecidos por la NBA. En caso de detección de un positivo, el jugador deberá pasar al menos 10 días en aislamiento. Para reaparecer tendrá que dar dos PCRs negativas en menos de 24 horas, se entrenará dos días en solitario y deberá superar un examen cardíaco. Si el caso requiere hospitalización, el tiempo para reincorporarse será de al menos tres semanas. Los casos de bajas más frecuentes en los últimos días se deben a cuarentenas por contactos con contagiados.
La NBA contempla que los equipos deban contar al menos con ocho jugadores para disputar los partidos y hay equipos, como los Celtics, que tienen ese número de bajas en una plantilla de 15 miembros. El caso más llamativo se produjo en los Sixers. Tienen siete jugadores en cuarentena, cuatro de ellos miembros del quinteto titular e incluso han registrado un positivo en el cuerpo técnico. Uno de sus jugadores, Seth Curry, el hermano pequeño de Stephen Curry, conoció su positivo en pleno partido contra los Nets. Dio negativo el día anterior y jugó contra los Washington Wizards. Un día después viajó a Brooklyn con el equipo y cuando estaba en el banquillo por problemas en un tobillo se enteró del positivo, abandonó el pabellón y se fue a aislarse al hotel. “Confío en la Liga y en los médicos en lo que respecta a la salud. Me preocupa más la salud en la cancha porque vamos a jugar con hombres que acumulan muchos minutos. Me preocupa eso y me preocupa la evolución de la covid-19″, aseguró su entrenador, Glenn “Doc” Rivers, que además es su suegro.
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