Baloncesto

Asalto al Capitolio

“Dios me ha dicho que Trump tiene buen corazón”

Un ex jugador del Barcelona se ha convertido en uno de los seguidores más famosos del presidente de Estados Unidos

David Wood, durante los disturbios en el Capitolio
David Wood, durante los disturbios en el CapitolioLa Razón

David Wood jugó en el Barcelona y en otros equipos de la ACB, pero ahora es actualidad por tocar una trompeta en el asalto al Capitolio. “Es un instrumento de alabanza al Dios Todopoderoso. El Señor me pidió que promulgara proféticamente el lanzamiento de las mesas que tienen papeletas y votos ilegales ocultos arriba y abajo ... Es el cuerno de carnero”, ha asegurado en una entrevista a El Periódico,

Explica qué hacía ese día, cuál era su papel a las puertas del Capitoli: “Estaba allí para hacer ayuno y para rezar. No para protestar”, asegura. Dice que Trump ha salvado a los niños del tráfico sexual y que lleva 21 días sin comer por Trump. Es un seguidor de la teoría de que las elecciones han sido un fraude.

A sus 56 la imagen del ex jugador de baloncesto es uno de los iconos del asalto sus creencias son las de la mayoría de los que intentaron doblegar la democracia estadounidense: que hay una conjura de pedófilos, que las elecciones se robaron y que sólo Trump puede salvarlos. “Ahora soy un admirador porque Dios me ha dicho que tiene un buen corazón”

Condena el asalto, pero, como de todo, tiene dudas de que fuese de verdad: “Fue un gran montaje. El grupo antifa estuvo ahí con unas 250 personas que empezaron el asalto y luego empujaron a los partidarios de Trump a seguir adelante”, insiste en la entrevista.

Para él Trump no es un persona cualquiera, no es como el resto de nosotros. Tiene capacidades superiores: “Es un elegido de Dios”, asegura el ex jugador del Barcelona.

Algunos de los seguidores de Donald Trump tienen ideas parecidas acerca de él y el todavía presidente de Estados Unidos ha sabido fomentarlas y ha creado una imagen de sí mismo como el único que puede acabar con las conspiraciones que rondan en la cabeza de gente como Davido Wood