Champions

Barça-PSG, un partido entre el presente y el futuro de Messi

El Barça se agarra al buen momento de su estrella para creer en superar al PSG, que le tira los tejos para la próxima temporada, en la que puede irse gratis del Camp Nou

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Los goles y la actitud de Messi han levantado la moral del barcelonismo para una eliminatoria de octavos de final de la Champions contra el PSG con mucho morbo. La baja de Neymar por lesión, en lo que suponía su regreso al Camp Nou, lo reduce un poco, pero la presencia de Leo ha calentado el enfrentamiento desde hace tiempo. El capitán azulgrana cumple contrato el próximo verano y desde París le han mandado mensajes de bienvenida, desde Leonardo, el director deportivo; a Di María, pasando por el nuevo entrenador, Pochettino, algo que ha molestado a Koeman, como si fuera la primera vez que pasa en el mundo del fútbol. «No sé si [desestabilizar] ha sido la intención desde allí al hablar mucho sobre Messi. Mi tema no es ese, mi tema es preparar al equipo y a los jugadores para un partido importante. Messi es jugador del Barça y tengo muchísimas esperanzas de que siga siéndolo», dijo el técnico en la previa del partido. No hay muchos más destinos a los que pueda irse el delantero argentino, quizá el Manchester City, y menos una vez puestos sobre la mesa los estratosféricos números de su último contrato. «La intención que tenía ya la dijo en su día, pero ahora está comprometido al cien por cien con el Barcelona, quiere hacer una gran temporada con su club de toda la vida y ojalá podamos ganar algún título y que decida a final de temporada. Sólo hay que ver las ganas con las que juega cada partido y las estadísticas que está haciendo esta temporada también», dijo Jordi Alba, uno de sus mejores socios, que admite que, con Leo en el campo, él y el resto de la plantilla son mucho mejores.

Es tanta la fe que le tienen los compañeros al capitán, que verlo tan implicado en esta extraña temporada en lo general (pandemia) y en lo particular (el incidente del burofax en agosto) les anima a pensar que es posible seguir adelante. Cuando fue el sorteo, en diciembre, el Barcelona estaba en una racha negativa de resultados y creer en superar al PSG se hacía cuesta arriba. Ahora se ve con otros ojos, con el equipo más conjuntado y efectivo, aunque con los rivales de más peso (Real Madrid, Atlético, Sevilla) no ha cuajado, sólo en su visita a Turín en la fase de grupos de la Champions, estropeado después por el 0-3 que encajó en casa.

Messi, por tanto, se enfrenta al equipo que puede ser su futuro en la competición que tantas alegrías (hace tiempo ya) y disgustos (más recientemente) le ha dado. El «viejo» Barça ya no era competitivo en Europa y el «nuevo» es una incógnita si lo será. Contra el PSG ha vivido Messi algunos grandes momentos, como la remontada del 4-0 en 2017, aunque el protagonista del encuentro de vuelta fue Neymar y para el «10» quedó en el recuerdo una de sus fotos icónicas, celebrándolo con la afición. También contra el equipo francés tuvo que hacer de «El Cid» la estrella azulgrana en 2013. Estaba lesionado, empezó en el banquillo y entró media hora con una rotura de fibras para asustar al conjunto que por aquel entonces dirigía Ancelotti. No sólo lo hizo, sino que creó la jugada en la que Pedro marcó el tanto de la clasificación.

Recurren en el Barça al efecto Messi, al «cuidado, que tenemos al mejor del mundo», pero eso no ha sido suficiente últimamente. Hace falta que su buena versión coincida con la de Pedri, en un día de responsabilidad para un chico de 18 años; con la de Dembélé ahora que se siente más importante o con la que está teniendo Griezmann, sobre todo desde que comenzó 2021. También de no regalar goles, el mal hábito que está teniendo está temporada. Quizá pueda ayudar que se una Piqué, la sorpresa inesperada. «Lleva cuatro o cinco días entrenando con el grupo y tiene buenas sensaciones. Tengo hasta mañana por la mañana para decidir, pero si un jugador está en la lista es que puede jugar», admitió Koeman. Su experiencia vendría bien, pero lleva fuera desde el 21 de noviembre y reaparecer en un duelo de tanto calado también es un riesgo, más si se tiene en cuenta que enfrente habrá jugadores rápidos como Mbappé: «No es un partido Messi contra Mbappé. De un lado juega Messi, el mejor del mundo y al que necesitamos en su mejor forma para ganar la eliminatoria; y casi lo mismo le pasa al PSG con Mbappé, un futbolista rapidísimo que puede complicarnos», opinó el entrenador barcelonista. Quien no estará seguro es Araujo, descartado por su esguince de tobillo.