Champions
Manchester City, 2 - Dortmund, 1: dos genialidades de De Bruyne por una de Haaland
El equipo de Guardiola toma ventaja en la ida de cuartos pese a rendir por debajo de lo esperado
Haaland estaba dormido y despertó para asistir, no para marcar que es su especialidad. Seguro que no le importó porque su toque mágico medio de espaldas para superar líneas fue medio tanto, ya que dejó solo a Reus para que fusilara a Ederson. Era cuando el partido se acercaba al final y suponía el empate del Dortmund ante un Manchester City que llegaba como favorito, pero que no terminaba de funcionar del todo. Pero el toque mágico del noruego tuvo respuesta en el genio que tiene el equipo de Guardiola, que ya había marcado el primero y que rompió a la defensa en el segundo con un pase largo y preciso al que terminó dando continuidad Gundogan para que resolviera Foden. Se va con ventaja el conjunto inglés, pero mínima, a la espera de un partido de vuelta con todo por decidir. En este fútbol pandémico y sin público el hecho de jugar en casa no es tan decisivo. Guardiola está ante la maldición de cuartos, ronda que no ha conseguido superar con el conjunto azul.
Ya había dejado su sello De Bruyne para castigar un error de Emre Can. El jugador alemán perdió un balón en el centro del campo y el belga no perdonó. Es un falto lento, nadie diría que es un velocista, pero con el balón pegado al pie avanza rápido, con potencia y elegancia. Montó la contra y la resolvió para mover el marcador en una primera parte en la que no pasó mucho más tras un buen comienzo del Dortmund y un remate de Bellingham que paró Ederson. Lo más llamativo fueron las dos jugadas de VAR: un penalti del pobre Emre Can a Rodri que el árbitro deshizo tras revisarlo en la pantalla y un gol anulado a Bellingham por falta al portero al entrar con los tacos, aunque si no la hubiera pitado no hubiese pasado nada. Tuvo motivos para quejarse el Dortmund.
Estaba echando de menos el conjunto alemán a Haaland. A los 47 minutos se dejó ver al ganar un balón a Ruben Dias en el que partía con desventaja. La estampida noruega se llevó la pelota, arrasó al defensa y salió un poco trastabillado, lo que le impidió rematar cómodo y le dio tiempo a Ederson a salir y tapar perfecto. Hasta el final no volvería Haaland a brillar. Fue justo cuando el City parecía tener el partido más controlado, o más bien amodorrado con la posesión. Pero la pelota iba muy lenta de los pies de un jugador a otro. Estuvo lejos de su mejor versión el City, algo apagado incluso para presionar en algunas acciones largas del Dortmund, que nada más volver del descanso tuvo ratos en el que se adueñó de la pelota.
Foden resolvió lo que había fallado un poco antes (hubiera sido el 2-0) y el City respiró un poco. No mucho. Haaland estuvo medio mudo en Manchester y pese a ello fue decisivo. En Dortmund tendrá más que decir.
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