Waterpolo

Hungría deja a España sin la última medalla (9-5)

La selección española pierde la pelea por el bronce y se queda fuera del podio

Felipe Perrone intenta lanzar ante la oposición de un jugador húngaro
Felipe Perrone intenta lanzar ante la oposición de un jugador húngaroJuan Ignacio RoncoroniAgencia EFE

Quedaban todavía unos segundos de partido cuando Dani López Pinedo y Felipe Perrone se abrazaron dentro del agua. Los dos veteranos acababan de perder, quizá, su última posibilidad de conseguir una medalla olímpica. El portero ya ha anunciado que deja la selección. Tiene ya 41 años y el relevo está asegurado con Unai Aguirre, que ya ha disputado algunos partidos en estos Juegos. A Perrone aún le quedan fuerzas para intentar llegar a París. Quedan tres años, un ciclo más corto de lo habitual, y tiene ganas de intentarlo.

El cierre de la carrera de Dani López Pinedo con la selección no fue el esperado. Una desastrosa segunda parte dejó a España sin la medalla de bronce. Los equipos españoles de waterpolo terminan el campeonato con tres derrotas en los últimos tres partidos -la final femenina y la semifinal y el tercer y cuarto puesto masculino- y con una medalla de plata que sabe a poco después del torneo que habían hecho las dos selecciones.

La selección masculina llegó con pleno de victorias a la semifinal contra Serbia, el mismo rival al que ya habían ganado en el debut olímpico. Un último cuarto para olvidar mandó a España a la pelea por el bronce. Y ese bloqueo volvió a aparecer en la segunda mitad ante Hungría.

España se mantuvo en el partido hasta el descanso. Alberto Munárriz marcó el primer gol del partido y desde ese momento todo fue igualado. 3-3 al final del primer parcial; 5-5 al final del segundo. Ahí se acabaron las opciones de España.

En la segunda parte Viktor Nagy, el guardameta húngaro, se convirtió en un muro insuperable. Nagy es otro veterano de 37 años, que lloraba emocionado en la piscina al acabar el partido rodeado por sus compañeros. Nagy fue una de las claves. La otra, el acierto de sus compañeros en las superioridades. Acertaron en la seis que tuvieron. España disfrutó de muchas más, quince, pero sólo aprovechó un tercio.

A la selección de David Martín dio la sensación de que se le ha hecho largo el campeonato. Les faltaba frescura física y mental, quizá también por el castigo de haber perdido la semifinal contra Serbia cuando ya se veían luchando por el oro,

Hungría sólo necesitó un gol en el tercer cuarto para que España se sintiera derrotada, sin capacidad de reacción. Tampoco ayudaba la cantidad de disparos al palo de los españoles. Un gol más en el último periodo hizo tomar conciencia a España de que el bronce se le había escapado.

Y eso que lo intentó todo, pero sin fuerzas, y lo que es peor, sin fe. David Martín buscó la igualada a la desesperada cuando España ya perdía por 8-5. Quería atacar en superioridad, pero el ataque fue breve. En sólo unos segundos, los españoles habían cometido una falta en ataque y la respuesta fue demoledora. Hungría marcó en el contraataque con la portería vacía.

España se despide con tristeza de un campeonato que había sido espectacular hasta las semifinales.