Juegos Paralímpicos
Lágrimas de plata para el judoca Sergio Ibáñez
El combate decisivo se resolvió en un polémico “punto de oro” en contra del español
El judoca aragonés Sergio Ibáñez conquistó la medalla de plata en la categoría de -66 kilos de los Juegos Paralímpicos después de caer en la final ante el uzbeco Uchkun Kuranbaev, número cuatro del mundo.
El deportista de Zaragoza, de 22 años y séptimo del ranking mundial, firmó un gran recorrido en el Nippon Budokan donde no acusó los nervios de su primera cita paralímpica y se plantó con mucha seguridad en la final de su peso, tras deshacerse de algunos de los mejores judocas del ranking mundial, a los que consiguió siempre llevar a su terreno.
La andadura de Ibáñez, que ya ha sido capaz de subir al podio en Campeonatos Absolutos, comenzó en octavos ante el portorriqueño Luis Jabdiel Pérez, 14 del ranking. El español llevó la iniciativa en todo momento, pero el centroamericano logró puntuar primero. Sin embargo, Ibáñez supo rehacerse al momento para inmovilizarle con la técnica “Sode-guruma-jime” y vencerle por “ippon”.
A continuación, para poder entrar en la lucha por las medallas, el zaragozano tenía un reto más complicado ante el azeirbayano Namig Abasli, dos del ranking, pero al que logró dominar. Su rival sufrió dos amonestaciones, pero consiguió alcanzar el ”punto de oro” donde tuvo que arriesgar más. Ibáñez lo aprovechó y le derrotó por “waza ari”.
Finalmente, para asegurarse una medalla, el zaragozano tendría que derrotar al georgiano Giorgi Gamjashvili, tercero del ranking. Animado por sus buenas actuaciones, el español solventó muy rápidamente su pase a la final. En apenas 43 segundos, se deshizo de su oponente y ganó por “waza ari”.
Para alcanzar la gloria paralímpica debía de batir al uzbeco Uchkun Kuranbaev, que había dejado fuera al número uno del mundo y que fue un oponente muy incómodo. Ibáñez no pudo imponer su estrategia y el combate se fue al “punto de oro” donde su rival estaba con dos amonestaciones. El judoca español intentó entonces llevar la iniciativa y en una llave pareció anotar un “waza ari”, celebrado por todo su equipo técnico, pero que, en cambio, terminó siendo para Kuranbaev, que se quedó el oro ante la incredulidad y enfado del zaragozano, que se sumió en las lágrimas antes de subir minutos después al podio.
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