Afganistán

Veto talibán: Taekwondo femenino en clandestinidad

La prohibición de la práctica deportiva de la mujer obliga a un grupo de afganas del equipo nacional a entrenar en secreto

Jóvenes afganas practican taekwando en Kabul, Afganistán.
Jóvenes afganas practican taekwando en Kabul, Afganistán.STRINGERAgencia EFE

Desde que los Talibanes ostentan el poder, lamujer afganase ha visto relegada a un segundo plano en numeroso ámbitos de la vida cotidiana. El deporte es una de las disciplinas afectadas y en concreto el Taekwondo femenino se ha visto obligado a relegarse a la clandestinidad.

Triste, pero cierto. El equipo femenino nacional de Taekwondo no tiene permitido entrenar y mucho menos participar en competiciones. Aunque esto no ha conseguido debilitar su moral, son más fuertes que nunca y no desisten en su empeño de practicar el deporte.

Farzana Frotan, medalla de oro en el Abierto internacional de Tayikistán de 2016, relata a Efe que “hace unos meses, soñaba con ser campeona, no solo en competiciones internacionales sino también en los Juegos Olímpicos, pero ahora me tengo que quedar en casa y ni siquiera puedo ir al club”

Entrenar en clandestinidad

Los entrenamientos en clandestinidad provocan un temor constante a ser descubiertas y por ello las deportistas entrenan en lugares distintos uno o dos días a la semana.

Nematullah Habibi, entrenador del equipo nacional, presenció en primera persona las duras consecuencias de ser descubierto. Explicó a Efe que en una ocasión los talibanes llegaron poco después de que se hubieran marchado, y como represalia “torturaron a la familia por facilitar el lugar para la sesión de entrenamiento”.

Habibi también sufrió las duras medidas en su propia piel. Le revisaron teléfono móvil en un puesto de control y descubrieron varios vídeos de sus alumnas entrenando. “Me golpearon a pesar de que les dije que esos vídeos eran antiguos”, explicó.

Por si esto no era poco, a la represión talibana se le suma la intolerancia familiar hacia el deporte femenino.

Frotan comenta que sus padres no estaban de acuerdo y que consideraban que el deporte no era adecuado para niñas. Finalmente, consiguió su aprobación cuando demostró que era capaz de ayudar en casa a levantar paredes de ladrillo gracias a la fuerza que le otorgó la práctica deportiva.

Husnia Sadat, también integrante del equipo nacional, considera el deporte igual de necesario que la educación. Comenta que es la clave para vivir feliz y saludable. Sadat compatibiliza el taekwondo con su carrera como activista social y periodista, mientras que Frotan ha estudiado varios grados, como Enfermería o Derecho y Diplomacia, y actualmente está cursando una licenciatura en Inglés.

El entrenador ha intentado numerosas veces reabrir los gimnasios de mujeres, en balde, pues tanto la propia federación como el comité olímpico “rechazaron la solicitud”, argumentando que el deporte femenino había sido prohibido en el país. De hecho, el vicepresidente de la Federación de Taekwondo de Afganistán, Mohammad Javid Sidiqi, tampoco cree que el país vaya a permitir las competiciones de mujeres en el futuro.