La nadadora transexual de la Universidad de Pensilvania, Lia Thomas, ganó elos 500 metros libres femeninos en los Campeonatos de la Ivy League, estableciendo un nuevo récord en la piscina con una contundente exhibición, que ha dejados asombrados a los espectadores y ha avivado aún más la polémica acerca de si las demás nadadoras compiten en desventaja Thomas, que pasó de ser hombre a mujer, se convirtió en campeona de la Ivy League con un tiempo de 4:37.32 en la prueba femenina, el mejor tiempo jamás registrado en la piscina Blodgett de la Universidad de Harvard. Las competidoras de Thomas se mantuvieron cerca hasta aproximadamente la mitad de la prueba, cuando tomó una considerable ventaja y recortó tres segundos de su marca personal. Catherine Buroker quedó en segundo lugar, mientras que la campeona defensora de la Ivy League, Ellie Marquardt, de segundo año, de Princeton, terminó en tercer lugar.

Lia Thomas no hizo declaraciones después de la prueba porque se mantiene apartada de los medios. Sabe que todo lo que diga sólo va a aumentar la polémica que gira en torno a si figura. Sus partidarios afirman que ha cumplido todos los requisitos de elegibilidad, incluido el hecho de haber seguido una terapia hormonal durante más de dos años. Sin embargo, 16 compañeras de equipo de Thomas escribieron a las autoridades de Pennsylvania y de la Ivy League solicitando que se le prohibiera participar en los campeonatos. Además, aseguraban en esa carta que querían mantener en anonimato porque si protestaban públicamente podrían tener represalias.

Aunque también tiene apoyos: La estudiante de último año de la Universidad de Pennsylvania, Andie Myers, se puso una máscara con una bandera transgénero el jueves en apoyo a Thomas, dijo a ESPN. “Quiero que todos en esta reunión sepan que la apoyo”, dijo Myers. “Ha trabajado para todo esto y ha renunciado a mucho para la transición y para ser auténticamente ella misma. Creo que es muy importante y creo que es muy valiente lo que está haciendo”.

En España también genera polémica: “Ni bate ni arrasa, hace trampas. Esto es dopaje de género. Supera media piscina porque tiene superioridad física por su sexo. Sus marcas usurpando nuestra categoría son ilegítimas y quienes permiten este juego sucio son parte del borrado de las mujeres”, escribió en las redes Laura Redondo, doctora en piscología y que ha participado en I Conferencia Internacional en Defensa de las Categorías Deportivas Femeninas. Según la Conferencia: “Las niñas y las mujeres serán expulsadas del deporte femenino si se sustituye la categoría “sexo” por la categoría acientífica “identidad de género”. La participación de los nacidos varones en competiciones deportivas femeninas dinamita los derechos de las mujeres al juego limpio y la igualdad de oportunidades”