Rugby
“Fuera las caretas”, la carta más sincera del ex capitán de la selección española de rugby
Jaime Nava, ex capitán de la selección española de rugby escribe en La Razón una carta abierta tras lo sucedido con la selección española
Es intrínseco a la raza humana. Necesitamos fabricarlas y llevar una de vez en cuando. Puede incluso que necesitemos llevarlas por el instinto de autoprotección ante ese monstruo que llevamos dentro, o simplemente ante el mundo y nuestro entorno. A veces es hasta divertido sacar una durante un rato en presencia de aquellos que no te aprecian y que quieren hacerte daño, es la manera de hacerles creer que te conocen y que te ven venir de lejos. Desgraciadamente en estos casos y en el mundo actual en el que nos movemos, donde prima la crítica sin aportación y la destrucción sin oferta de reconstrucción, donde los “haters” y los opinadores de bar y de sofá campan a sus anchas, se me antojan por momentos esenciales.
He llevado caretas de todo tipo a lo largo de mi vida, e incluso he de reconocer que he corrido el grave peligro de que alguna de ellas se incrustara de forma permanente a mi persona en épocas no tan lejanas.
Sin embargo la retirada deportiva, cuando el deporte te abandona, cuando en mi caso sales del “front row” del Rugby, te encuentras con momentos de reflexión en los que tienes que enfrentarte a escenarios de una realidad muy diferente. Y en uno de esos escenarios, sí o sí, te encuentras contigo mismo, con tu esencia, te plantas delante del espejo. Y es ahí querido amigo cuando no te valen las caretas. Se caen de manera sistemática y es entonces cuando empiezas a trabajar de verdad con tus propias mierdas, hasta que sabes quién eres realmente para poder alcanzar la paz contigo mismo. Ojo! Que también puedes ser el más “tonto” del lugar y ser capaz de llevar tu propia mentira al más absurdo de los extremos, lo cual irremediablemente te conducirá a la autodestrucción.
Pues bien amigos, ha llegado la hora de quitarnos las caretas…
Lo que estamos viviendo en estos días ha desatado una crisis sin precedentes en el Rugby que muchos de nosotros amamos. Algunos creíamos que ese capítulo lo habíamos dejado atrás hace cuatro años, pero la realidad siempre supera la ficción, o al menos eso dicen.
Llevo varios días reflexionando y hablando con mucha gente relacionada con nuestro deporte y otras que forzosamente mantienen una relación próxima o de acercamiento. Les confieso que esta situación me quita el sueño, y la mayoría de las noches cuando me voy a consultar con la almohada pienso de una manera, y me despierto a la mañana siguiente con ideas completamente opuestas y pensando radicalmente diferente. La situación es tan compleja y la crisis está tan llena de matices que ya no sé qué pensar o como actuar. También les confieso que cada minuto que pasa tiemblo con los detalles que se van conociendo en torno a la problemática y les aseguro que da asco…Pero me atrevo a decir también que tarde o temprano terminaremos conociendo la verdad y saldremos adelante, como siempre hemos hecho…pero será afrontando la verdad y sin caretas…
Necesitamos una demolición absoluta de todo aquello que no funcione y que no aporte nada a la caja común de nuestro deporte. Necesitamos empezar a tomar decisiones importantes y dejarnos de las gilipolleces que benefician las parcelitas que mantienen unos poco. Necesitamos eliminar todo rastro de egocentrismos, mentiras, actitudes pequeñas, y el “que hay de lo mío…” para emprender esa tarea de demolición y empezar ya mismo a reconstruir el que sin duda sigue siendo el secreto mejor guardado del deporte español, y ese señoras y señores, no es otro que el Rugby. Si, lo sé, en este momento estemos heridos de muerte, pero de verdad lo creo…Necesitamos hacerlo empezando por la Federación, pasando por los clubes, deportistas y todos y cada uno de los estamentos que lo componen.
Ahora mismo toca cerrar filas y pelear por nuestros chicos y por el Rugby español para intentar lo imposible, estar en Francia 2023. Pero sin olvidar que en realidad estamos viviendo de nuevo esta pesadilla porque desgraciadamente hay mucha gente en el entorno de este deporte que en realidad no lo ama. A todos ellos por favor, cierren la puerta al salir…
A los que quieran seguir y de verdad quieran defender esto, quizá podáis hacer algo mucho mejor. Adelantaros a los cambios que están por venir y emprended vuestra propia tarea de demolición enfocados hacia un nuevo despegue. Cada uno desde donde le corresponda…
Los actores principales de todo esto, los jugadores y jugadoras, que siempre son las victimas principales que se cobran nuestros desastres y nuestros conflictos internos e intereses personales, necesitan ver que tras todos esos aplausos y palmaditas en el hombro hay un propósito y un proyecto común por el que merece la pena luchar. Un rayo de esperanza que nos rescate de un fundido a negro definitivo, como se dice en la jerga actoral de esta nueva vida en la que un servidor intenta dar sus primeros pasos firmes…
De algo estoy muy seguro, el rugby nunca defrauda. Fallamos los de siempre, las personas, o al menos una gran parte de ellas…Fallan las instituciones, la política, los procesos…No podemos fallar a todos esos niños y padres que han encontrado en el Rugby su Ítaca particular tras años de naufragios en otras disciplinas. No fallaremos si de verdad estamos dispuestos a dar lo mejor de nosotros mismos sin esperar a ver que cae en mi plato. No nos fallaremos nunca si de verdad tenemos presente la verdadera esencia de este deporte y a la que muy pocos deportes están realmente a la altura.
Discúlpenme de corazón, no soy amigo de soflamas y declaraciones panfletarias, pero dicen que enfrentarse a la hoja en blanco ayuda y escribir reconforta.
Probablemente esté herido de muerte y jodido, como muchos de nosotros, pero no estoy metido en una caja de pino. Y yo elijo luchar.
Palabra de Mufasa, el “rey león” herido, retirado…
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