Mundial de Atletismo
Raquel González y Laura García Caro, quinta y sexta en 35 kilómetros marcha... Y se soñó con el bronce
Se repitió el podio de los 20 kilómetros marcha, con la peruana Kimberly García al frente
«Los 35 kilómetros se parecen más a los 20 que a los 50», reflexionaba el entrenador José Antonio Quintana sobre la nueva distancia de la marcha. Y los hechos le dan la razón: en la prueba larga femenina se repitió el podio de la corta en el Mundial de Oregón. Oro para la peruana Kimberly García, plata para la polaca Zdzieblo y bronce para la china Qieyang. Las mismas atletas y en el mismo orden.
Aunque hubo un momento de sueño en forma de metal para España. La prueba se rompió pronto y Raquel González y Laura García Caro estaban en el grupo perseguidor de las tres de delante. Raquel tomó el mando de las operaciones alrededor del kilómetro 25. Intentó la caza. Cambió el ritmo y se fue en busca de Qieyang. Durante unos kilómetros, la catalana era la marchadora más rápida de todas las que había en el Boulevard Martín Luther King de Eugene. Recortaba a Kimberly, que iba primera y mantenía una ventaja cómoda; a Zdzieblo, que parecía atascada, y se acercaba a Qieyang con opciones reales de atraparla. Le iba recuperando cinco, seis segundos por kilómetro. A falta de siete ya estaba a menos de un minuto de diferencia y los números podían empezar a salir. Además, se entraba en la zona peligrosa, en la que puede llegar un desfallecimiento. Y un poco detrás de Raquel iba Laura García Caro, las dos pupilas de Quintana, las dos en modo persecución y viendo que el tiempo bajaba.
Iba con determinación Raquel en un día de tremendo madrugón, pues la prueba es a las 6:15 de la mañana. La española llegó a estar a 50 segundos de la medalla, pero quedaba el último tramo y no logró aguantar el ritmo. Laura iba casi a la vera de Raquel. «Desde el kilómetro 15-20 sufría a ritmos altos, pero había entrenado para ello y sabía que podía sufrir los últimos 15», explicaba la andaluza. Resistió Qieyang con fuerzas y se quedó con el bronce. Resistió también Zdzieblo, la que parecía más «muerta», cabeza torcida, gesto de puro cansancio y andar pesado, pero defendiendo su segundo puesto con lo que había. Entró a la meta algo mareada, aunque se le pasó rápido. Y voló Kimberly para colgarse su segundo oro haciendo un último kilómetro más rápido que ninguno.
«Ella era superior y sabíamos que si entrábamos en el juego nos podías quedar muy atrás», analizó Raquel González. «En un momento iba recortando a la china, pero ya se me había escapado mucho y no ha sido suficiente y ha sido ahí cuando se me ha ido también la medalla de “chocolate”», añadía. Cuando empezó incluso a ceder con Qieyang, los kilómetros se le empezaron a echar un poco encima sin el ánimo que da ver la posibilidad de recuperar terreno y la griega Antigoni Ntrismpioti la pasó. También a Laura García Caro, por lo que las españolas terminaron quinta y sexta. Una actuación muy buena, la mejor de su vida, por eso cuando entraron a la meta, lo celebraron y se abrazaron. Ambas rebajaron en más de cinco minutos su mejor registro, si bien es cierto que se trata de una distancia que todavía no han disputado mucho.
«Es para estar contenta», decía Raquel, tras un año de muchos problemas físicos que incluso le hicieron temer no ir al Mundial. «No me puedo reprochar nada», opinaba Laura.
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