Casillas, que deja el Real Madrid para jugar en el Oporto las dos próximas temporadas y una tercera opcional, se despedirá del fútbol español con una rueda de prensa hoy en el estadio Santiago Bernabeu, a partir de las 12.00 horas.

Casillas ya es historia en el Real Madrid. Después de cinco días de negociaciones, el club y el Oporto llegaron al acuerdo para el traspaso del jugador. Se va un mito, una leyenda del madridismo. Llegó con nueve años a la vieja Ciudad Deportiva y se marcha, 25 años después, tras un palmarés espléndido, curiosamente, el mismo día en que se cumplían cinco años del triunfo español en el Mundial, en el que levantó la copa como capitán de la Selección.

En cinco años le han pasado muchas cosas, tantas, que su situación en el Real Madrid cambió, por lo que se ha visto abocado a emprender una nueva etapa. Iker ya no era imprescindible. La llegada de Mourinho y la lesión en Valencia le cambiaron la vida. Además, Rafa Benítez habló con él y le explicó que no sería titular. Un paso más para que Casillas fuera sopesando su situación, a sabiendas de que Florentino Pérez –con el que nunca ha tenido una relación efusiva–, había decidido la contratación del guardameta De Gea, que será su sustituto, pese a la oposición que muestra Louis Van Gaal, empeñado en torpedear el fichaje.

Casillas, bautizado como «El Santo», por sus increíbles paradas, ha sufrido en los últimos años. Mourinho le borró de la titularidad, confió en Diego López, que llegó tras la lesión de Iker en Valencia, y mantuvo una tensa relación con él. Ancelotti tampoco le hizo indiscutible. Hace dos temporadas vio cómo Diego era el titular en la Liga, pero con él en la portería el Madrid ganó la Copa al Barcelona y la «Champions» al Atlético en Lisboa. Y en el último curso, en donde no se ganó ningún título, ya recobró la confianza del técnico italiano. Keylor Navas jugó en contadas ocasiones.

Casillas, santo y seña del madridismo, soñó con retirarse en el Madrid, pero el fútbol no perdona, es cruel, a veces no tiene memoria y aunque su rendimiento haya bajado un poco con la edad, él pensaba que podía rendir como el mejor. Sigue siendo el preferido de Del Bosque –ahora tendrá que competir con De Gea desde la distancia– y sueña con estar en la Eurocopa de Francia. Un motivo más para aceptar la oferta del Oporto y mantenerse en activo en una liga menos exigente, pero de bastante nivel.

El acuerdo alcanzado el viernes entre los clubes se rompió ayer a primera hora de la tarde por cuestiones fiscales. Los abogados de las partes debatieron, analizaron la situación y al final el Real Madrid correrá con los impuestos de Casillas, que va a ganar lo mismo que tenía firmado, 24 millones de euros brutos en las dos próximas temporadas. El Oporto sólo podía asumir diez millones como pago y los 14 restantes fueron los que no ponían de acuerdo a los clubes. Además, Iker si juega 30 partidos, renueva automáticamente con el club portugués.

Casillas, que se despidió de sus compañeros ayer por la mañana en Valdebebas, comparecerá hoy al mediodía ante los medios de comunicación. Parece que no habrá preguntas y un comunicado pondrá fin a la relación entre un jugador de leyenda y un Real Madrid que falla –hay varios ejemplos– a la hora de despedirse de sus grandes estrellas. Iker no se cierra las puertas y en el futuro podrá volver a su casa. Ahora, el presente es viajar a Holanda a incorporarse al Oporto y ponerse a las órdenes de Lopetegui, su gran valedor en el equipo portugués. Para Casillas hoy se cierra una puerta y se abre otra muy distinta.