Hípica
Alejandro Sánchez Mehlkopf: hípica en el ADN
El jinete murciano de 24 años aúna tradición, ambición y trabajo desde Alemania hacia la élite de la hípica europea
Nacido en Murcia y con sangre ecuestre, Alejandro Sánchez Mehlkopf no es un jinete cualquiera. Su abuelo materno, Willibert Mehlkopf, fue impulsor del prestigioso CHIO de Aachen (Alemania) al que se considera el Wimbledon de la hípica y su padre, Pedro Sánchez Alemán, es el único jinete olímpico de la Región de Murcia, con dos presencias en Juegos y siendo reserva en unos terceros, además de participar en 57 Copas de Naciones y ser tres veces campeón de España.
Alejandro, que tiene 24 años, creció con las riendas en la mano y los pies en los estribos. "Crecí rodeado de caballos y la pasión por la hípica es algo que se respiraba en mi familia desde que naci", cuenta un jinete afincado hoy en Alemania, centrado en formar sus propios caballos y proyectar su carrera profesional. "Mi abuelo y mi padre son grandes referentes. Su dedicación y pasión por este deporte me han inspirado a seguir sus pasos", asegura. Su madre, amazona amateur, siempre apostó porque sus tres hijos montaran. Desde sus primeros trancos en Murcia con seis años se vio que tenía una sensibilidad innata para este deporte. Su primer poni fue "Lobato II", en honor a uno de igual nombre de su padre. "Dollar de Shell" fue su poni favorito y con el que corrió por primera vez en el Trofeo Infanta Elena. "Mis ganas por montar seguían creciendo cuando era un niño. Fue una decisión natural. Gracias al apoyo de mi familia y mi motivación no tuve ninguna duda", afirma.
Lejos de suponer una presión, su familia ha sido siempre un estímulo. "Siento que el legado familiar es más una motivación que una presión. Me inspira saber que puedo seguir las huellas de personas que admiro y que han logrado grandes cosas en el mundo de la hípica. Representar a mi familia significa trabajar duro para estar a la altura", comenta.
Alemania es la cuna de este mundo ecuestre y allí reside. "La principal diferencia que noto es la profesionalización y la estructura que hay. Es un deporte muy organizado, con gran inversión en infraestructura y formación. En Alemania tiene un enfoque más sistemático y riguroso en la formación y competición", comenta a LA RAZÓN. "Lo que más me sorprendió allí fue la exigencia y el nivel de detalle en todos los aspectos del deporte. Me costó adaptarme a la rutina tan estricta, pero con el tiempo he aprendido a apreciarla", dice.
De ese aprendizaje ha extraído pilares que forjan su desarrollo como jinete y, pese a su juventud, ya como entrenador: "Disciplina, puntualidad y atención al detalle". Su reto constante es "mejorar mi técnica, cuidar a mis caballos y prepararme para los próximos concursos. Entreno caballos, clientes y preparo cada competición con mucho detall". Entre sus caballos actuales hay dos nombres con proyección: "Be the Best" y "Chepeggio T". Con ambos espera clasificarse para el Campeonato de Alemania y el Campeonato del Mundo, ambos para caballos jóvenes. "Mis objetivos esta temporada están muy enfocados en la formación de mis caballos jóvenes y también en los futuros planes para mi hípica".
"El nivel en España ha mejorado mucho en los últimos años, con muchos jóvenes talentos y una mayor inversión en la formación de los binomios. Pero aún hay margen de crecimiento", asegura. Para lograrlo cree que se necesitan más inversiones en infraestructura, programas de formación y apoyo real a los jinetes jóvenes. "También sería beneficioso tener más colaboraciones con otros países para aprender de diferentes modelos y experiencias", relata. "El circuito alemán es muy competitivo y está muy bien estructurado. Los jinetes tienen una base técnica muy sólida y gran experiencia internacional", comenta Alejandro.
Él encarna la figura del jinete contemporáneo: formado, constante, ambicioso y con una perspectiva que integra tradición y visión de futuro. "Quiero seguir creciendo, aprender todo lo posible y mantener vivos los valores que aprendí desde pequeño".