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Que esta temporada acabe ya: el Real Madrid cae en Valencia (2-1)

Que esta temporada acabe ya: el Real Madrid cae en Valencia (2-1)
Que esta temporada acabe ya: el Real Madrid cae en Valencia (2-1)larazon

El equipo de Marcelino tuvo más mordiente y profundidad que los de Zidan

En una jugada de la segunda parte, Isco llevaba la pelota a su ritmo, cuando llegó Marcelo y casi le empujó para quitarle la pelota, arrancar e intentar la jugada contra tres rivales. Isco le miraba, mientras Marcelo se caía al suelo o se dejaba caer y el árbitro le mostraba amarilla. No sabía cómo hacerlo el Madrid, ni en colectivo ni de manera individual. No hubo manera ni opciones en Mestalla, quizá el único partido importante de lo queda de curso.

El plan era acabar la temporada de la mejor manera posible. Quizá el plan sea acabar la temporada, hacer lo que haya que hacer y empezar la siguiente. No es fácil jugar estos partidos en tierra de nadie contra equipos que aún tienen que jugarse algunas cosas. Al Madrid le cuesta mucho algunas cosas y le cuestan más si falta un objetivo por el que jugarse los cuartos. Hasta de manera inconsciente es complicado mantener la concentración o jugar con la misma intensidad que el rival. Al Valencia de Marcelino le va la Champions de la próxima temporada en los partidos que quedan y cada balón es una oportunidad para intentarlo. Por eso el partido en Mestalla estaba desequilibrado.

Tuvo el Madrid la pelota, pero fue el Valencia quien mordió con intención, buscando la espalda y apretando los dientes. Zidane volvió a hacer cambios: hasta siete jugadores distintos respecto al choque contra el Huesca. Quien se mantiene es Marcelo, que lo ha jugado todo con Zidane, pero el resto va variando. Benzema sigue siendo su hombre arriba, lo que no tiene tan claro son sus acompañantes. Lucas y Asensio empezaron ahí, mientras que el centro del campo era el de Zidane: Modric, Casemiro, Kroos. Pero es como si a ese coche de lujo se le hubiesen apagado los faros. No tuvo luz el Madrid para romper a un rival muy ordenado atrás y profundo arriba.

Marcelino tenía claro lo que quería: esperar al Madrid, no darle ni una opción y cuando fuese necesario o el momento, ir a por él. Con el balón, los de Zidane no tuvieron claridad para buscar los huecos, para cambiar el ritmo del choque, imaginar o hacer algo distinto. El partido era feo, sin que los equipos se dejasen jugar, pero siempre con la sensación de que era el Valencia quien tenía la situación controlada. Al Madrid le faltó profundidad. Asensio ve pasar las oportunidades sin que se le vea capaz de coger el tren. Parece que sí, pero nada. Asensio, Lucas o Kroos, que fue sustituido, no dieron vuelo al equipo, en la primera parte empeñado en centrar balones al área sin mucho criterio y sin crear ocasiones. Es un arma que utiliza mucho este Madrid, pero es útil cuando los balones cruzados se lanzan desde más cerca y con más sentido.

El Valencia esperó su oportunidad. Sabía que tenía que morder en cuanto pudiera y Guedes no falló. Cómo le gustan estos encuentros al futbolista. Puede correr, puede buscar los espacios y en tanto, pudo armar la pierna rápida para superar Navas.

El costarricense, como se preveía, fue el guardameta titular del equipo de Zidane, mientras Luca esperaba en el banquillo. A partir del tanto, tuvo más trabajo Keylor porque el Valencia creció. El choque estaba donde quería: el rival por debajo en el marcador y algo noqueado. Lo dijo Zidane el otro día: va a haber momentos duros. Y algunos minutos en Mestalla lo fueron. El rival con más ganas, el marcador en contra y sin un premio claro por el que luchar.

La segunda parte, la dinámica fue idéntica. Parejo mandaba en las contras del Valencia, mientras que el Madrid lo seguía intentando, esta vez con más criterio, más cerca de la portería rival, pero otra vez sin generar ocasiones. Es un equipo que durante algunos momentos da señales de impotencia, de que no hay manera de cambiar el rumbo de esta temporada. La llegada de Zidane animó a la grada, a todo el madridismo, pero las carencias del equipo ya no va a dar tiempo a que se arreglen. Dice el entrenador que esto no es un cásting, que hay que jugar y luego pensar en el futuro, pero las sensaciones que están dejando algunos futbolistas son para darle un par de vueltas a lo que hacer con ellos. Zidane probó con Bale e Isco y el Madrid tuvo la pelota.

Para nada. Era el Valencia quien jugaba con intención. Marcó Garay y en la última jugada, por fin, logró marcar el Madrid: Benzema. De nada servía ya.