Opinión

En el Atlético faltan ganas

En el club rojiblanco hay una falta de ambición que se termina contagiando piramidalmente

Simeone, durante el partido ante el Valencia
Simeone, durante el partido ante el ValenciaAna EscobarAgencia EFE

Para pelear por títulos es necesario querer hacerlo. Esta frase de Perogrullo parece que no termina de calar en el Atlético de Madrid y, si nadie quiere, la consecuencia será desconectarse casi antes que la temporada pasada. Cuando ya la competitividad sea nula, nos daremos palmaditas en la espalda porque somos terceros y a celebrar el verano.

La estrepitosa derrota en Valencia deja la evidencia de que los únicos que quieren más son los aficionados. Los jugadores titulares en Mestalla salieron a pasearse con esa rutina contagiosa de que lo importante es no perder y luego ya veremos. Algo tan arraigado en este Atlético. Un rival en descomposición te pasó por encima en intensidad y ganas. No se salva nadie. Pesos pesados como Griezmann, Savic y Oblak, aún no se han enterado de que la temporada ha empezado y como sigan haciendo el tonto, igual cuando quieran es demasiado tarde. Simeone sigue haciendo cosas que nadie entiende, cambiando el sistema cada diez minutos, sacando jugadores de sus posiciones naturales y confiando (o no) en futbolistas basándose en no se sabe qué.

La realidad es que el equipo, salvo en contadas ocasiones, aburre hasta a los muertos porque no juega un pimiento al fútbol. Es verdad que para hacerlo hace falta tener a la plantilla rindiendo a su máximo nivel, pero es difícil con la cantidad de lesiones que arrastra el equipo desde hace varios años ya, sin que nadie se haga responsable de ello. Los de siempre dirán que es porque se ha ido Carrasco y no ha llegado un «9», pero el belga llevaba tiempo sin ser una solución para este equipo y Morata no tuvo el sábado ni la oportunidad de fallar ninguna ocasión. Directamente no hubo posibilidades de gol, igual que pasó frente al Betis o durante setenta minutos contra el Granada.

Mientras, en el club se conforman con entrar en Champions League y que cuadren los números, demostrando una falta de ambición que se termina contagiando piramidalmente. O todos se exigen más desde ya, o se avecina otro coñazo supino esta temporada para el Atlético.