El Atlético se derrumba en Valencia (3-0)

Nada le salió bien al Atlético de Madrid en su visita a Mestalla. Y todo le funcionó perfecto al Valencia, que sentenció el partido con el tercer tanto, con media hora todavía por delante en la que sólo tuvo que dejar pasar los minutos mientras enfrente tenía a un equipo desconocido. No parecía el Atlético de Simeone ni en actitud, ni en juego y ni siquiera en la camiseta, una edición especial, alternativa, de color verdoso que le trajo de todo menos buena suerte a los habitualmente rojiblancos. Porque si la derrota duele, y más con una goleada y sin mostrar en ningún momento capacidad de reacción, es doble el castigo si encima el Cholo pierde a Thomas Lemar para muchos meses. El francés saltó a cabecear un balón y al caer y apoyar los dos pies, aparentemente de una manera normal, se fue al suelo con mucho dolor y no se levantó. Se marchó en camilla y muy pronto el club emitió un comunicado en el que se los doctores se temían una lesión muy grave en el tendón de Aquiles a la espera de las pruebas radiológicas que lo confirmen. Le van a hacer el TAC, pero los médicos lo tenían claro, como el Valencia de Baraja durante todo el encuentro, un equipo con pocos nombres, pero mucha gente joven que mete una intensidad brutal. Y algunos de ellos, canteranos con calidad y que apuntan maneras a pesar de su corta edad. Uno de ellos es Javi Guerra, que remató al Atlético con una magnífica definición desde fuera del área después de dos recortes de mucha clase. Levantó la cabeza y le puso la pelota junto al palo a Oblak, que se estiró para nada. En ese momento estaba el Atlético intentando cambiarle la cara a la tarde, pero justo le llegó ese último golpe que lo dejó en la lona para todo lo que quedaba. Y era mucho, pero no rechistaron los madrileños, apagados como pocas veces se recuerdan con Simeone. Llevaban 18 días sin competir por el aplazamiento de su encuentro de la jornada 4 ante el Sevilla, que no se jugó por la amenaza de fuertes lluvias sobre Madrid.

Entró sin ritmo el Atlético al choque y nunca lo encontró, por eso en los primeros veinte minutos ya estaba el Valencia por delante y Oblak había salvado otros dos tantos. En el primer remate acertó Hugo Duro después de una jugada de Canós por la izquierda, que la puso en el área medio mordida y tras un rebote llegó Hugo Duro, que fue al suelo con todo para rematar casi tumbado y superar a Oblak. Y después de las paradas habituales del portero rojiblanco, otro gol de Hugo Duro tras un robo y una transición en la que los atléticos sólo miraban. En semifallo chutó el ex delantero del Getafe, pero le vino bien para acertar y firmar un doblete muy tempranero. Simeone, con los brazos en jarra, alucinaba en el banquillo y todo fue peor cuando Lemar se fue casi llorando. Todo mal en ese momento y nada cambió hasta el final.