Opinión
Un líder y no lo digo yo
En el Mundial de Japón todos los jugadores de aquel equipo tenían una capacidad de liderazgo, algunos incluso dos. Pau tenía varias
¿Retirada? ¡Qué va¡ ¿Cambio de actividad? Puede ser… aunque espero que no lejos del deporte, del baloncesto que definitivamente contribuyó a cambiar. Hemos disfrutado de grandes jugadores en la ya larga historia de nuestro baloncesto, pero únicamente un reducido grupo puede considerarse entre los elegidos para dejar una marca permanente en la evolución del deporte. Algunos de ellos pertenecen, además, a una misma generación, la de los nacidos en 1980, y entre estos parece que existe el consenso de que está liderada por Pau Gasol y ,claro, si ellos lo dicen, que tan bien se conocen, tendrán razón.
Tiendo a pensar que cualquier afirmación absoluta como cualquier generalización contiene una pequeña injusticia, pues parecen quedar excluidos algunos de los protagonistas principales y en este caso vuelvo a apelar a la largamente demostrada generosidad de todos ellos. He tenido el honor y el privilegio de participar en la puesta en común de la Selección Nacional de Baloncesto que consiguió el Campeonato Mundial en Japón 2006. El núcleo de este equipo estaba formado por los jugadores pertenecientes a la generación del 80: Navarro, Cabezas, Berni Rodríguez, Felipe Reyes, Calderón, al que incluiremos aunque nació en el 81, y Pau Gasol. Nótese que en aquel Mundial tenían 25-26 años y estaban acompañados por jugadores algo más veteranos como Mumbrú, Garbajosa y Carlos Jiménez. También estaba la sangre joven y con muy buenas intenciones de Sergio Rodríguez, Rudy Fernández y Marc Gasol. Todos contaban y cuentan con muchas cosas en común, una de ellas, la de entender y mantener el compromiso, si era con sus amigos, con sus compañeros, con su deporte o con su país no era tan importante como el mantener y demostrar constantemente la capacidad de comprometerse tanto si les iba mejor o peor, si había mas o menos dificultades o si encontraban con uno u otro rival.
Otra de las grandes aportaciones de este selecto grupo de jugadores ha sido la gran oferta de capacidades de liderazgo. No creo tanto en el liderazgo único como en la coordinación y cooperación de distintas capacidades para liderar. Si se fomentan y descubren, si se alientan y desarrollan, el equipo tiene muchas mas posibilidades y probabilidades de competir e incluso de ganar. Todos tienen una capacidad de liderazgo, algunos dos, pero entre todos las tienen todas. Pues bien, parece que Pau Gasol tiene varias. Las ha mostrado y demostrado a lo largo de su extensa carrera deportiva, su liderazgo visible e invisible, dentro y fuera de la cancha, la fortaleza de sus reacciones ante las adversidades, su determinación para superar algunas lesiones, su extraordinario conocimiento del juego, que le permite interpretar a la perfección distintos y diversos modelos y estrategias, su capacidad para hacer mejores a sus compañeros con el más valioso de sus fundamentos y habilidades: su inteligencia. Y lo seguirá proponiendo en sus futuras actividades.
Pau es una personalidad de nuestro deporte que se rige por las mismas normas que se propusieron para transformar un grupo en un equipo en aquella ocasión del Campeonato del Mundo de Japón: Respeto, Confianza y Generosidad. (RE-CO-GE). Respeto a tus rivales, a tus compañeros, a tu deporte. Confianza para comunicar, incluso para disentir. Y generosidad en el esfuerzo para compartir tareas que puedan quedar lejos de sus propias responsabilidades. Sembrando estas semillas cómo no va a “recoger” una buena cosecha. No una cosecha de títulos, medallas, anillos, récords y éxitos, que también, si no una cosecha de valores y comportamientos que conforman un ejemplar legado que deposita en los deportistas del futuro. Mi deseo de felicidad para Pau y los suyos que será consecuencia de nuevos éxitos personales. Y ojalá que tu herencia caiga en tierra fértil.
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