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Ni el más grande ni el más fuerte

Reportaje / El mejor reboteador de la historia de la Liga Endesa. Felipe Reyes sólo necesita atrapar hoy tres rebotes en el clásico para batir una marca histórica. Rivales, compañeros y el seleccionador describen al jugador del Madrid

Felipe Reyes anota dos puntos después de atrapar un rebote ofensivo
Felipe Reyes anota dos puntos después de atrapar un rebote ofensivolarazon

Felipe Reyes sólo necesita atrapar hoy tres rebotes en el clásico para batir una marca histórica. Rivales, compañeros y el seleccionador describen al jugador del Madrid

Después de atrapar 4.290 rebotes en la Liga Endesa Felipe Reyes sigue teniendo pendiente uno que nunca cogió. Fue el último de la final del Mundial júnior de Lisboa en 1999. Con el oro ya asegurado después de la exhibición ante Estados Unidos, el balón terminó en manos de su amigo Germán Gabriel. Se quedó sin aquel, pero hoy está a sólo tres rechaces de ser el mejor reboteador de la historia de la ACB. Y que mejor escenario que un clásico (18:00, #0) para superar los 4.292 del pívot estadounidense Granger Hall (Valladolid, Huesca, Manresa, Sevilla, Salamanca y Huelva) en sus trece temporadas en España.

«Felipe es histórico. Él dice que mide 2,03, pero yo creo que es algo menos. No es tan alto como él dice», asegura Juan Carlos Navarro en acb.com. «Lo que pasa es que tiene una intuición especial, unas manos especiales, un cuerpo muy ancho que sabe colocar y que lo utiliza muy bien. Cuando va el balón por el aire, él sabe leer dónde va a caer el balón», dice su compañero de Selección y que hoy llega al WiZink Center como capitán de un equipo que está viviendo su peor temporada en muchos años.

De los dos primeros rebotes que atrapó en Vitoria en octubre de 1998 hasta los cinco que promedia esta temporada en poco más de 14 minutos han pasado más de 4.000 rebotes y 701 partidos en la élite. Felipe es el único pívot tan longevo en la ACB. Sólo tres bases han jugado más fechas que él. Rafa Jofresa (756), Nacho Rodríguez (737) y Nacho Azofra (705) están a su alcance porque Felipe, que finaliza contrato este año, tiene intención de seguir. Con 19 años el menor de los Reyes ya cogió 10 rebotes en un derbi contra el Fuenlabrada, ha habido un par de temporadas que ha superado los diez de promedio y su tope son 20 ante el Baskonia, uno de sus rivales favoritos. Uno de sus compañeros en el Madrid, el Chapu Nocioni, que también le sufrió como baskonista, da algunas claves de su habilidad: «Felipe no coge rebotes por peso o por altura, es más que nada por ubicación. Tiene un apetito que muy pocas veces se ve en un jugador. Él sabe la trayectoria de la pelota y dónde son las mayores posibilidades que pueda rebotar. He hablado con los entrenadores que le han tenido y decían que era increíble cómo podía ver el balón y buscar las mayores probabilidades de dónde iba a rebotar. Conoce a los jugadores, su manera de tirar, los lugares desde los que tiran y creo que Felipe ha implementado todo eso porque si no no es normal que se transforme en el mayor ‘‘rebotero’’ de la historia de la Liga Endesa, en la Euroliga y con la Selección. Lo suyo no es casualidad».

En la misma línea se expresa el seleccionador. «Lo de Felipe es la suma de características físicas, mentales y la acumulación de experiencias en la tarea. Es un jugador con un tren superior importante y eso le vale para hacerse espacio. Tiene una capacidad importante de intuir cuándo y dónde es el momento de activarse para el rebote ofensivo y tiene una fantástica capacidad cuando pone una mano en la pelota de no soltarla. Si él pone una mano en la pelota 100 veces, 95 el rebote es suyo. Y aparte, la experiencia le ha enseñado a tener pequeños trucos que permite el reglamento», detalla Sergio Scariolo.

Los rivales saben que enfrente tienen a uno de los jugadores más «pesados» de la Liga, como lo ha llegado a definir más de uno. ¿Y cómo se le puede frenar? Él asegura que lo pasa peor ante rivales más bajos y fuertes que ante torres de más de 2,10. Habla Scariolo: «Los pívots muchas veces tienen que ir a las ayudas y entonces resulta difícil poder pararle. Lo fácil sería quedarse pegado a él, incluso cara a cara, moverlo para situarlo debajo del aro y que no coja el rechace, pero eso no puede ser porque un pívot tiene que ayudar y así se complica mucho la cosa», revela el seleccionador. Albert Miralles, pívot del Joventut, es uno de los que le sufren. «Creo que tiene un pegamento especial en casa y que nadie lo conoce. Él se lo pone en las manos y así es como los coge. No es muy alto, no salta mucho, no es el mejor físicamente, pero con intuición y alguna cosita más que tiene está haciendo historia», comenta el jugador verdinegro.

El de los rebotes no es el único récord a su alcance. Está a menos de 50 puntos de superar a Biriukov como máximo anotador del Madrid en la historia de la ACB. Y en la Selección se encuentra a tres partidos de los 239 de Epi. Si todo va bien, él y su amigo Navarro (237) batirán el registro el próximo verano.