A rueda: La penúltima batalla de Pau Gasol

«Nueva victoria, ¡cuatro seguidas! Bien hecho, equipo», escribía Pau Gasol en su cuenta de Twitter en la madrugada del sábado. Era su primer partido tras haber celebrado las diecisiete temporadas que lleva en la NBA y, quizá, uno de los más amargos. Sus números hablan claro. Ante los New Orleans Pelicans estuvo trece minutos en la cancha en los que aportó dos puntos, cuatro rebotes y tres asistencias. Estadísticas pobres, de jugador de rotación, pero ahí estuvo haciendo piña como si fuese un meritorio. Sé que Pau ya tiene 38 años, pero cuesta acostumbrarse a verlo en un rol tan secundario. Llevamos casi toda la vida viéndolo jugar al baloncesto, forma parte del paisaje de nuestro deporte, pero el paso del tiempo es insaciable. De su generación, Contador ya no está, Iniesta apura su fútbol en China, Alonso abandonará la F-1 en breve y Nadal, sólo el gran Rafa, mantiene el nivel de antaño. ¿Es la hora del adiós de Pau? No lo creo.

Un luchador

Pau Gasol es un extraordinario jugador de baloncesto y un tipo muy listo. Con su currículum podría reclamar más protagonismo, más minutos, pero no lo va a hacer. Los Spurs son un equipo en reconstrucción tras el adiós de dos leyendas como Ginóbili y Parker y de su jugador franquicia, Kawhi Leonard. Y Pau, con su experiencia, sabe que es el momento de arrimar el hombro, de no quejarse, de cumplir el complicado objetivo de llegar a «playoffs». A su edad, es fundamental jugar minutos de calidad y no muchos minutos para llegar fresco al momento clave. Y ahí dará la cara, no tengo dudas. Pau es una bestia compitiendo y mantiene un buen físico, que nadie le dé por acabado. Ah, y aún le queda un año más de contrato que piensa cumplir. Llegará en activo a 2020, cuando, ojalá, pueda cumplir su última misión: disputar sus quintos Juegos Olímpicos. Será en Tokio.