Selección Española
Adiós al debate de la portería
España sufrió una dolorosa derrota en octavos de final ante una Italia muy competitiva que nos superó en todas las facetas del juego, física y tácticamente. En los primeros 45 minutos de partido vimos un equipo nacional muy tibio y los de Antonio Conte lo aprovecharon para poner cerco al marco de De Gea. El guardameta español estuvo magnífico, desbarató varias ocasiones claras de gol y siempre mantuvo viva a España hasta el minuto 92, cuando la contra final de Pellé sentenció el encuentro con el segundo gol y nos mandó a casa en octavos, como en los viejos tiempos...
Enorme De Gea
La gran actuación de David cierra de una vez por todas el debate de la portería nacional. Yo siempre mantuve un mismo criterio, tanto en «El Chiringuito» como en estas páginas de LA RAZÓN. Una apreciación en la que me costó mucho ser frío y objetivo porque el gran perjudicado de esta decisión del seleccionador era el mejor portero del fútbol español, Iker Casillas. Lo que no me ha impedido criticar a David cuando le he visto indeciso, como en el partido contra Croacia, con un segundo gol encajado que afeó una actuación dubitativa. Pero dicho esto, ayer sacó su mejor repertorio. De Gea realizó paradas extraordinarias: a los dos minutos ya salvó un gol cantado a remate de Pellé, mostrando grandes reflejos y velocidad de reacción abajo, cualidades inusuales para un meta de su envergadura física. Y luego le ganó un mano a mano espectacular a Eder, aparte de otras acciones de mucho mérito.
Casillas, fin de ciclo
En esta Eurocopa, De Gea ha dejado muy claro que es el presente y el futuro de la Selección. Es rápido de reflejos, domina el juego aéreo, ordena a su defensa y juega magníficamente con los pies. Cualidades imprescindibles para el portero del fútbol moderno. Iker marcó una época en el fútbol español y ahora le toca a David. Fin de un ciclo. Es ley de vida.