Torneos
Rafa logra lo más difícil
Lo primero que hizo Nadal tras ganar la final de Montecarlo a Albert Ramos fue «dar gracias a la vida». Así, con toda la carga emotiva que tienen esas palabras. No se trataba de una frase vacía, un guiño al público que ya le ha visto levantar diez veces ese trofeo. Es el resumen del sentimiento que tiene un deportista que ha regresado de un lugar del que no se suele volver: la caída. Porque si llegar es complicado y mantenerse lo es aún más, levantarse es casi un milagro. Nadal ha sufrido lo indecible durante los dos últimos años. Una tortura mental y física. Su cuerpo hercúleo parecía haber dicho basta, pero este deportista nacido en Manacor es testarudo, si quiere algo pelea y pelea hasta que lo consigue. Y si no lo alcanza lo vuelve a intentar. Hasta que lo logra, como ayer en Montecarlo.
Adiós a la mala racha
Nadal llevaba toda la temporada advirtiendo de su buen estado de forma, de que había recuperado las sensaciones, su tenis. Pero había perdido tres finales consecutivas, dos ante otro renacido como Roger Federer, un caso similar al de Rafa, pero aún más a lo bestia. Y tanta derrota le estaba pesando. Ahora, liberado y en forma, puede resultar imparable como en sus mejores tiempos. Todo es posible porque no hay un dominador claro en el circuito. Djokovic parece desmotivado, Murray no encuentra su tenis y Federer sólo compite cuando el físico le dice que está al 100%.
Sin relevo
Tampoco los nuevos talentos (Kyrgios, Dimitrov, Alexander Zverev...) parecen en disposición de desplazar de momento a la vieja guardia e imponer su juventud y talento, así que todo está abierto en este 2017. Para empezar, Roland Garros, el torneo predilecto de Rafa y su gran objetivo del año. Por su recuperación física y mental, es el máximo favorito para la victoria, que también sería la décima. Es la tierra, su tierra, donde Nadal no resiste comparación.
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