Tour de Francia

Tour de Francia

El sueño amarillo tendrá que esperar

Richie Porte es atendido por los servicios de carrera después de una tremenda caída. Sufre una contusión cerebral, y fractura de clavícula y de pelvis
Richie Porte es atendido por los servicios de carrera después de una tremenda caída. Sufre una contusión cerebral, y fractura de clavícula y de pelvislarazon

La apuesta era todo un riesgo. Ambiciosa a la vez que peligrosa. Fue el pasado mes de noviembre, cuando el ciclismo para y los equipos se van de vacaciones, que el Movistar, en su clásica concentración de pretemporada, anunció que Nairo Quintana iba a asaltar este 2017 el doblete Giro-Tour. Todo o nada. Mucho se especuló entonces, lo más repetido era que el equipo navarro da casi por imposible ganar el Tour de Francia teniendo a Froome y al Sky como rivales y que, al menos para salvar la temporada, querían que Nairo ganase el Giro. Con eso contaban, que iba a ganarlo, casi por descontado.

Pero resulta que no ha sido así porque, lejos de contabilizar la temporada, en el año natural que se lleva transcurrido, Quintana está corriendo su tercera grande seguida. La Vuelta entre los meses de agosto y septiembre del 2016, el Giro y ahora el Tour. Y eso pesa. En mayo, cuando pensaba arrasar, a Quintana le salió un hueso duro de roer. Tom Dumoulin acabó arrebatándole la maglia rosa que el Movistar contaba con ganar. Menos de dos meses después se presentó en la salida del Tour con ese desgaste en las piernas.

Los allí presentes, en el momento en que Eusebio Unzue anunció en noviembre que Quintana corría el Giro, se percataron del rostro del ciclista cuando el mánager lo hizo oficial. La mueca cariacontecida y la cara de pocos amigos. Ahora, Quintana lo está pagando. Ayer se dejó un minuto y 15’’ con Froome, Bardet y Aru . «Me han faltado las fuerzas, es difícil cuando se hace una apuesta como la que hemos hecho este año», apunta Quintana. «He luchado hasta donde he podido».

El colombiano ya pierde 2’13’’ en la general, un tiempo que parece imposible de recuperar; aunque en el Movistar quieren seguir creyendo: «Ni en el Giro ni aquí le hemos visto con esa brillantez que marca la diferencia, pero si algo nos ha enseñado Nairo es que hay que confiar en él porque es capaz de pelear hasta el último día», se aferra Eusebio Unzue, que ha visto cómo en una semana de Tour se ha quedado sin Valverde, el mejor gregario posible para Quintana, y con Jesús Herrada tocado por la caída que sufrió ayer. «Pero vamos a seguir rodando, aunque las fuerzas no son las mejores». El sueño amarillo, como él lo llama, tendrá que seguir esperando para Nairo Quintana.