Tour

Victoria de etapa y maillot amarillo para Pogacar

El ganador de los dos últimos Tours se impone con claridad en Longwy y vuelve a impresionar a todos sus rivales

Tadej Pogacar celebra su triunfo de etapa en la meta de Longwy
Tadej Pogacar celebra su triunfo de etapa en la meta de LongwyDaniel ColeAgencia AP

El castellano es un idioma rico y variado. La Real Academia de la Lengua tiene casi 100.000 palabras registradas en su diccionario. Pues bien, se empiezan a agotar los adjetivos para definir el papel que está haciendo Tadej Pogaçar en este inicio de Tour. Su primera semana está siendo literalmente sideral y ha demostrado lo que se intuía, que es el gran favorito para ganar en París.

Porque, después de sacar ventaja a todos los demás favoritos sobre el adoquín, en Longwy siguió con su senda triunfal ganando la etapa y vistiéndose ya de amarillo. Lo que quiere decir que ha logrado sacar ventaja en la fase del Tour que, en teoría, peor venía a sus intereses.

Es cierto que las distancias son todavía pequeñas, porque esto no ha hecho sino empezar, pero la sensación es que hay una diferencia de varios peldaños entre el esloveno y el resto. Este jueves volvió a darle otra estocada al que era, en principio, su gran rival este año, Primoz Roglic. Porque fue el ciclista del Jumbo-Visma quien trató de lanzar la llegada en el repecho final, en un grupo ya muy reducido de corredores.

Pero Pogaçar se enganchó con facilidad a su rueda, lo adelantó y llegó primero a la meta sin oposición y ante el cabreo de un Michael Matthews que poco pudo hacer más que golpear su mano contra el manillar. Era la imagen de la impotencia ante un rival simplemente mejor. Y eso que Matthews es uno de los mejores del mundo en este tipo de llegadas. Además, las bonificaciones le daban a Tadej el maillot amarillo en detrimento de Neilson Powless (EF Education-EasyPost), que se tendrá que conformar con haber sido líder virtual unos cuantos kilómetros.

Para dar una idea del nivel de la etapa, la media de velocidad rozó los 50 kilómetros por hora –con viento a favor, eso sí– en un día de 219 kilómetros. Algo sólo al alcance de la mejor carrera del mundo. Por si no fuera suficiente, baste decir que a meta llegaron 14 ciclistas juntos. Entre ellos, por cierto, Enric Mas, que libró una caída en una mediana a apenas 10 kilómetros de meta, justo antes de la explosiva cota de Pulventeux. El balear se enganchó con Madouas, que fue quien terminó en el suelo, y tuvo que darse un buen calentón para enlazar con el grupo de favoritos, aunque solventó muy bien la eventualidad.

El líder, en fuga

El otro gran nombre del día fue Wout Van Aert. Puede sonar un tanto repetitivo para el lector, pero lo cierto es que estos dos ciclistas están siendo los grandes protagonistas de esta primera semana. Esta vez, Van Aert protagonizó el máximo acto de honradez y amor al maillot amarillo posible: lucirlo en la fuga del día.

Hasta cuatro veces intentó meterse en el corte bueno, forjando al final una fuga de tres con Jakob Fuglsang y Quinn Simmons. Van Aert terminó dejándolos completamente exhaustos en el terreno llano, hasta el punto de que Fuglsang primero y Simmons después tuvieron que dejarlo solo haciendo la salvajada del día. Al final fue cazado a 10 kilómetros de meta por un pelotón que estuvo persiguiéndolo en solitario durante más de una hora. La valentía le costó el maillot amarillo, pero el belga volvió a demostrar el enorme ciclista que es. «Quería defender el maillot amarillo desde la escapada. Solo éramos tres y he gastado mucho. Me he dado cuenta de que sería mi última jornada en amarillo, así que he querido aprovecharla hasta el final», decía Van Aert.

El gran susto del día se lo llevó Alexander Vlasov, que se vio cortado por la misma caída que Mas con la carrera lanzada. El jefe de filas del Bora-Hansgrohe logró remontar en las dos últimas subidas y acabar en meta en un segundo grupo que se dejó unos cuantos segundos con el resto de favoritos. Grupo en el que también estaba Geraint Thomas. ¿Lo peor? Que el terreno de Pogarcar, en teoría, todavía no ha llegado.