Ciclismo

Van der Poel puede más que Van Aert y Pogacar en San Remo

El neerlandés gana su tercer monumento con una exhibición en la subida al Poggio

Mathieu van der Poel, ganador en Flandes
Mathieu van der Poel ganó su tercer monumento en la Milán-San RemoJULIEN WARNANDAgencia EFE

«Es el único monumento que ganó mi abuelo», decía Mathieu van der Poel después de ganar su primera Milán-San Remo. Han pasado sesenta y dos años desde que Raymond Poulidor se impuso en la carrera italiana, una carrera que desde ahora lo conecta un poco más con su nieto.

El célebre «Pou Pou», el hombre que nunca pudo ganar un Tour, falleció en 2019 y no pudo disfrutar de la exhibición de Mathieu en la subida al Poggio. Ahí donde Pogacar se esforzó por marcar diferencias con la ayuda de su compañero Tim Wellens fue donde cimentó su victoria Van der Poel. El esloveno intentó marcharse varias veces, pero siempre le respondía Mads Pedersen. El antiguo campeón del mundo tenía la esperanza de que la carrera llegara al esprint y ser el más rápido. Pero había demasiadas estrellas en el grupo, demasiados candidatos a levantar los brazos en la meta.

Ninguno con tanta fuerza como Van der Poel. Atacó en los últimos metros de la subida al Poggio, la última ascensión antes de la llegada. Allí llegó con apenas cinco segundos de ventaja con cinco kilómetros y medio por delante. A Pogacar en la persecución se le unieron Ganna y Van Aert, pero les faltó entendimiento para alcanzar a Van der Poel. La ventaja fue creciendo y los tres de atrás se reclamaban ayuda unos a otros hasta que asumieron que era inútil la persecución. Van der Poel era el más fuerte. Y Ganna, el segundo. El italiano se cansó de que sus compañeros le pidieran que hiciera una contrarreloj para alcanzar al neerlandés y se marchó solo en busca del segundo puesto. Van Aert fue tercero y Pogacar, que lo había dado todo para lograr la victoria, fue el último de los mejores.

«Era una carrera que tenía marcada para ganar, pero no imaginaba ganar de esta manera», reconocía Van der Poel después de su victoria. «No me puedo imaginar algo mejor», añadía.

Van der Poel había intentado marcharse mucho antes, en La Cipressa. «Pero daba mucho viento de cara», explicaba. Tuvo que esperar el momento correcto para lanzar su ataque. Eligió el Poggio y ya nadie lo pudo parar. Es el tercer monumento que gana en su carrera. Antes ya se había impuesto en dos ocasiones en el Tour de Flandes. El neerlandés completa un comienzo de temporada espectacular después de haberse proclamado campeón del mundo de ciclocross.