Opinión

La columna de Gonzalo Miró: la España de De la Fuente desata la ilusión

No hay que lanzar las campanas al vuelo, pero es inevitable soñar con este equipo lleno de calidad y con tantas variantes que superó a Italia

De la Fuente sonríe en el entrenamiento posterior a la victoria ante Italia
De la Fuente sonríe en el entrenamiento posterior a la victoria ante ItaliaAgencia AP

La conexión entre los equipos de fútbol y sus aficiones suele retroalimentarse. Cuando los equipos tienen problemas puntuales en el transcurso de los partidos, suelen pedir a la afición su apoyo a través de cánticos y presiones al rival, pero son los equipos con su juego y, a ser posible con goles, quienes consiguen llevar a la gente al campo, llenando las gradas a base de gastarse sus ahorros en ver a su equipo. La selección española es peculiar en ese aspecto, porque sin ser el nuestro un país de selecciones, tiene que ser el equipo quien enganche a la gente y nunca al revés.

El equipo de De La Fuente lo ha hecho y ha necesitado solo dos partidos para ello. Si ya hubo buenas sensaciones ante Croacia, el juego desplegado ante Italia ha disparado la ilusión por la Eurocopa, donde las opciones de hacer algo grande hacía tiempo que no se recordaban. Los nuestros pasaron por encima de la selección italiana, minimizando las opciones del rival, presionando alto, robando en campo contrario, finalizando jugadas y con un Nico Williams desatado en la banda izquierda. Solo Donnaruma y la falta de puntería evitaron una goleada que podía haber sido histórica, pero a pesar de haber ganado por la mínima, las sensaciones transmitidas recuerdan a aquella España de 2008 que terminó por levantar el trofeo. Es pronto para lanzar las campanas al vuelo, pero es inevitable no soñar con este grupo que desprende un ambiente envidiable, con cualidades y variantes que están aterrorizando a los rivales. El mayor peligro hoy es ese posible exceso de confianza y será ahí donde el seleccionador tendrá que trabajar con los chavales para que no piensen que han ganado antes de tiempo, y es que aún quedan dos partidos por jugar antes de cruzarnos con la anfitriona Alemania en unos hipotéticos cuartos de final.

De no confiar a vernos campeones por 90 minutos de ensueño, algo muy español por cierto, pero que se han ganado a pulso los Rodri, Morata y compañía. Queda mucho y hay margen para evolucionar, pero de momento podemos presumir de ser la selección más vistosa de lo que llevamos de torneo. Ante todo pronóstico, Fabián, en un estado de forma espectacular, se suma a Musiala como los dos mejores de una Euro donde los grandes nombres a nivel individual aún no han aparecido. España ha dejado tan buen sabor de boca, que lo que está deseando el mundo entero es que llegue el partido del lunes para volver a disfrutar.