Atlético de Madrid
Courtois y Oblak: Muro contra muro
Ambos cancerberos, que suman cinco trofeos Zamora con la camiseta del Atlético, se vuelven a encontrar en el Metropolitano. El belga sabe que el recibimiento será hostil en su primera visita con el Real Madrid.
Ambos cancerberos, que suman cinco trofeos Zamora con la camiseta del Atlético, se vuelven a encontrar en el Metropolitano. El belga sabe que el recibimiento será hostil en su primera visita con el Real Madrid.
Los dos porteros que han sellado la portería del Atlético en la etapa de Simeone van a estar hoy frente a frente en el Wanda. Ambos han sido el muro sobre el que el técnico argentino ha construido sus equipos desde que aterrizó en el Calderón en enero de 2011. Courtois y Oblak se dieron el relevo en la portería rojiblanca en el verano de 2014 con un pequeño paréntesis durante la primera temporada del esloveno, en el que el titular bajo el larguero fue Miguel Ángel Moyá. Entre los dos suman cinco trofeos Zamora en siete temporadas y ambos se asentaron en la élite vestidos de rojiblanco y con el Cholo al mando.
Hoy el belga visita la guarida del que fue su equipo y tiene claro que los pitos los va a escuchar desde que empiece el calentamiento. «No me puedo poner en el lugar de la gente, para entender el sentimiento que puede tener», decía Diego Simeone en la previa respecto a lo que le espera a Courtois en el Metropolitano. El guardameta ha insistido en que siempre tendrá respeto por la que fue su hinchada y que tienen que entender su decisión, aunque acepta que le censuren por cambiar de escudo. No le perdonan que, además, haya reconocido que el banderín que colgaba de la pared de su habitación de niño era el del Real Madrid. Los blancos le han repescado para la Liga española y él ha cumplido su sueño: jugar en el Santiago Bernabéu. En ese estadio, en la primera vuelta de la Liga, se encontró frente al Atlético por tercera vez desde que abandonó el Calderón. Había jugado dos partidos de Champions en 2017 antes del 0-0 del pasado 29 de septiembre.
Su gran Mundial de Rusia, en el que le nombraron mejor portero del campeonato, le impidió llegar a tiempo al derbi de la Supercopa de Europa, partido que abría oficialmente la temporada actual y que en el Madrid lo jugó Keylor Navas. «Courtois es un gran portero que, cuando ha estado con nosotros, lo ha hecho excelentemente bien y ahora está en un buen momento, como ha demostrado en todos los equipos que ha estado», insistía su exentrenador, con el que levantó una Liga Europa, una Copa del Rey, una Supercopa de Europa y una Liga. Llegó con diecinueve años, recién comprado por el Chelsea al Genk y cedido al Atlético para que tuviera minutos y fuera creciendo mientras Cech se hacía viejo en Stamford Bridge. Esta tarde visita por segunda vez el Wanda, una circunstancia que en opinión de Solari no va a influir en su rendimiento, al menos negativamente. «La máxima presión es siempre un estímulo para el futbolista profesional, no lo contrario», confesaba el argentino, que por mucho que no quisiera confirmar la titularidad del belga es algo seguro si no hay inconvenientes.
Enfrente estará Oblak, uno de los santos más adorados en los últimos tiempos por la afición atlética con toda la razón. Cada temporada hay decenas de partidos que el esloveno gana o cambia de signo con sus paradas. El Atlético se rascó el bolsillo para sacarlo del Benfica y próximamente va a tener que volver a hacerlo para renovar a su futbolista más importante después de Griezmann. Precisamente lo que quieren los agentes de Jan es igualar lo más posible su sueldo con el peso que tiene en los esquemas de Simeone. No se entiende ahora mismo un Atlético del Cholo sin Oblak. Se ha acostumbrado a que le tiren poco y a solventar siempre con acierto esas acciones aisladas. Lo mismo que hizo Thibaut Courtois en su etapa como rojiblanco, dos muros que crecieron en el Atlético y que hoy estarán frente a frente en el derbi madrileño.
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