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De los «gritos» al «riesgo de fuga»
Su hermano sacó un «pincho» con las cuentas en el extranjero antes de que la Policía llegara a casa. Todo apunta a que Pistorius no irá a la cárcel
La Fiscalía piensa acusar a Pistorius de posesión ilegal de armas después de que la Policía encontrara en su domicilio una del calibre 38 para la cual no tenía licencia.
Pistorius no dejó ayer de sollozar en la sala del Tribunal de la Magistratura de Pretoria mientras el agente Milton Botha explicaba ante el juez el escenario que encontró la fatídica noche en la que la novia del velocista resultó muerta tras recibir varios tiros. El detective, el primero en llegar a la mansión, ofreció su versión de los hechos ante el juez Desmond Fair, quien tendrá que decidir si concede o no la libertad bajo fianza al atleta hasta que comience el juicio por el presunto asesinato. Nunca antes un proceso legal previo al juicio había causado tanta expectación, pero debido al interés del acusado –el primer hombre con ambas piernas amputadas en participar en unos Juegos Olímpicos y en unos Mundiales– cada sesión es seguida por medios de todo el mundo. El magistrado podría anunciar hoy mismo su decisión y, según la BBC, todo apunta a que Pistorius, de momento, no irá a la cárcel.
El acalorado enfrentamiento que protagonizaron Fair y el agente Botha dio pistas suficientes para llegar a una conclusión. Y es que, a pesar de que el detective advirtió de los riesgos de fuga que existen –el deportista tiene cuentas y casas fuera de Suráfrica–, el magistrado puso en duda que «un hombre con un rostro tan conocido y con prótesis en ambas piernas» pudiera abandonar el país sin levantar sospecha. «¿Cree que es posible que una persona que ha ganado medallas de oro paraolímpicas querría renunciar a su carrera cuando tiene la oportunidad de demostrar su inocencia en un tribunal?», planteó el juez.
El agente Botha, con más de 24 años de experiencia, recalcó el hecho de que al hermano del corredor y un abogado –que ya se encontraban en la casa cuando éste llegó– les diera tiempo a coger un lápiz de memoria con los detalles de las cuentas en el extranjero de Pistorius.
La intensa conversación entre ambos cerró una jornada en la que el policía describió cómo un «testigo clave» había escuchado «bastantes gritos» en la casa durante la madrugada del 14 de febrero. En un principio, el agente dijo que el testigo se encontraba a unos 600 metros de la mansión, pero ante las preguntas de la defensa tuvo que rectificar diciendo que eran 300. El detective explicó también que otro testigo había oído gritos seguidos de disparos. Cuando salió a su balcón vio luz en la habitación de Pistorious, lo que contradice la versión del velocista de que no encendió la lámpara hasta que se dio cuenta de que su novia no estaba en la cama.
No es el único detalle que refuta el testimonio emitido por el atleta. Éste aseguró que disparó a la puerta del baño sin sus famosas prótesis puestas, pero las heridas de bala del cuerpo de su novia demuestran que el disparo se ejecutó desde un ángulo superior.
Además de la pistola de 9 mm, también se encontró otra arma de 3,2 mm que, según la defensa, pertenece al padre del medallista. Por otra parte, los abogados señalaron que los anabolizantes que había en el dormitorio son un remedio de hierbas homeopático y legal.
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