Hípica
Un día y toda una vida en las carreras
Jesús López, uno de los entrenadores más reconocidos del turf en España y Marta Mora, joven amazona de carreras, detallan su labor en el Hipódromo de La Zarzuela
El Hipódromo de la Zarzuela de Madrid despierta antes que el resto de la capital. Jockeys, entrenadores y caballos arrancan sus jornadas de madrugada. Jesús López es uno de los entrenadores más respetados del turf nacional y Marta Mora, una joven amazona de carreras.
Para Marta, el hipódromo es su segundo hogar desde las seis de la mañana. "Es cuando empezamos a sacar caballos por lotes. El primero sale a las seis y media, y se sacan tres o cuatro", comenta. Luego cada caballo sigue un entrenamiento individual. "El nuestro es un deporte de mucho madrugar, de mucho esfuerzo, pero sólo con estar aquí viendo el amanecer en esta pista, ya merece la pena. Las vistas son espectaculares y las instalaciones están muy bien", señala Marta. "Antes hacía Salto, pero una vez pruebas la velocidad, no quieres otras cosa. La cuadra en la que estoy es genial, me enseñan mucho y me siento como en casa", dice después de algo más de un año en el hipódromo. "Mi vida es montar, ir a casa, comer, irte a la universidad cuatro horas... un no parar. Pero merece la pena", afirma.
Jesús López creció entre jockeys, preparadores y todo el universo que rodea las carreras. Con 14 años acudía a la preparación de Jesús Méndez en el Hipódromo de la Zarzuela. Durante el servicio militar se incorporó voluntariamente a la Unidad de Equitación y Remonta donde coincidió con profesionales del turf como Fernando Sánchez, Miguel Ángel Marín o Jorge Horcajada. Tras la clausura del hipódromo decidió ganarse la vida fuera de las pistas, pero su vocación era el turf. Viajó a Newmarket (Inglaterra), epicentro del turf europeo, y trabajó bajo la preparación de William Haggas hasta que hace 17 años se convirtió en entrenador. "Me saqué la licencia en 2008 y empecé con muy poquitos caballos. Fue complicado, pero la primera carrera que debuté como entrenador, la gané", relata.
Para Jesús el caballo es un deportista de élite. "El Pura Sangre es un atleta. Entrena todos los días y se le exige mucho, pero también se le cuida muchísimo: alimentación con piensos de altísima calidad, fisioterapia, dentista… Buscamos siempre las mejores condiciones y bienestar para el caballo. En verano se trabaja temprano, para evitar el calor. En invierno preferimos el mediodía, para esquivar las heladas”.
Lo más importante para Jesús es el día a día: "Disfruto mucho con mi trabajo. Preparar al caballo para la competición, ver su evolución… eso es muy bonito".
"Yuso" es el caballo que más le ha marcado. "Era un caballo de Gran Premio. Ganó la preparatoria del derby, pero lo perdió por estar lesionado. Podríamos haber ganado a nivel europeo". La lesión del tendón fue definitiva para su carrera, ya que "en un Pura Sangre, una lesión así es como el cáncer. Muy grave".
"Hay cosas que mejorar, pero también hay cosas que se están haciendo bien. Hay propietarios que están invirtiendo fuerte. Se compran caballos caros y dan buenos resultados fuera. Aquí tenemos San Sebastián, Sevilla, Madrid… y propietarios que apuestan por el turf en España. Existe un grupo de que está empujando con fuerza, asegura.